domingo, 22 de julio de 2012

También fuimos campeones (VI)

Aunque nos han acompañado otros dos equipos históricos, un descenso siempre hace daño, mucho daño. De hecho, empezamos a conocer demasiado bien la 2.Bundesliga, ya que hemos estado allí en cuatro de las últimas diez temporadas. Sin embargo, no hay que olvidar que somos el noveno club en la clasificación histórica de la Bundesliga. Y hemos ganado un par de veces la Bundesliga. El Kaiserslautern no es un equipo cualquiera.

La historia de nuestro club ha pasado por dos décadas especialmente gloriosas. O, como mínimo, así lo indican los títulos que hemos ganado en nuestros 112 años de existencia. Pese a dominar a nivel regional durante los años 40 gracias a los goles de los hermanos Ottmar y Fritz Walter, nos hicimos con un nombre en Alemania en la década de los 50, cuando llegó nuestro primer título nacional. Ganamos el título en 1951 y en 1953 y aportamos cinco futbolistas a la selección alemana campeona del Mundial de 1954, demostrando que entonces éramos el mejor equipo. Tal fue la marca que dejaron nuestros primeros mitos que nuestro estadio actualmente recibe el nombre de Fritz Walter, el primer futbolista alemán en levantar una Copa del Mundo.

Sin embargo, a partir de 1961 el fútbol alemán se reorganizó. Formamos parte de los primeros 16 equipos que disputaron la Bundesliga, pero entonces ya sólo quedaba uno de nuestos cinco campeones del mundo, Werner Liebrich. No volvimos a dominar en Alemania como antaño a pesar de disputar varias finales de Copa -especialmente en los años setenta- remontar un partido histórico ante el Bayern o alcanzar en 1982 las semifinales de la UEFA. En 1982 caímos ante el Göteborg en la prórroga y los suecos evitaron que se disputara la primera final europea entre equipos alemanes. De ese equipo que protagonizó varias noches mágicas, como un 5-0 ante el Real Madrid, sólo Hans-Briegel llegó a ir convocado al Mundial de España '82. En ese equipo también estaba Andreas Brehme, que años más tarde acabaría siendo un futbolista importante en la selección alemana.

La década de los 90 empezó muy bien para el Kaiserslautern. Ganamos el título de Copa en 1990 tras ser duodécimos en liga y aun cayendo en la primera ronda de la Recopa completamos una temporada excepcional en liga que nos valió para conseguir nuestro primer título para celebrar el trigésimo aniversario de la Bundesliga. Así, de manera totalmente sorprendente, ganamos la última liga disputada únicamente por equipos de la extinta RFA. Era, de largo, la mayor alegría de la historia reciente de nuestro club (posterior a la fundación de la Bundesliga) gracias a -entre otras cosas- los goles de Hotic, Labbadia y Kuntz. Acabamos 1991 en una nube.

Con el título de la Bundesliga volvieron las grandes noches europeas y nuestro debut en Champions. En esta ocasión, la travesía europea fue mucho más breve de lo esperado ya que fue bruscamente interrumpida por el famoso gol de Bakero que metió al FC Barcelona en la penúltima ronda de la Copa de Europa. Como mínimo, ya que la disputábamos, caímos ante el campeón, como en la UEFA de 1982, y vivimos una noche única ante ellos en Kaiserslautern, aunque lamentablemente no tuvo final feliz para nosotros.

Un par de años más tarde rozamos el título de liga. El Bayern se impuso en la temporada 93-94 por un único punto. Y no nos quedamos lejos en 1995, cuando acabamos la temporada a tres puntos del Dortmund, campeón ese año. Sin ser la nuestra una historia llena de alegrías, parecía que volvíamos a vivir una buena etapa de nuevo, compitiendo en Alemania y jugando a menudo en competiciones europeas aunque fuera sin demasiada suerte.

Pero de una manera tan inesperada como cuando llegó el título de liga en 1991 llegó el descenso a la 2.Bundesliga. El Kaiserslautern era uno de cuatro equipos fundadores de la Bundesliga que nunca había bajado y esa misma temporada descendió junto al Eintracht, que tampoco había descendido nunca. Entonces jugaban en nuestro equipo futbolistas como Mark Schwarzer, Andreas Brehme, Pavel Kuka o Miroslav Kadlec, estos dos últimos subcampeones de la Eurocopa ese mismo verano. Una temporada para olvidar que nos sorprendió en plena época de bonanza. Con el descenso quedaba en un segundo plano el título copero conseguido ese año ante el Karlsruher.

Afortunadamente, el paso por la segunda categoría del fútbol alemán fue muy breve. Se quedaron varios futbolistas que protagonizaron el descenso, gesto que gustó a la afición -como los ya citados Brehme, Kadlec, Kuka- y llegó Otto Rehhagel para devolvernos a la élite. El equipo logró ascender con una amplia diferencia, relativa facilidad e incluso suficiencia. Aunque la adaptación a la nueva división tras un descenso no siempre es fácil y nunca habíamos jugado en la 2.Bundesliga, el ascenso se podía considerar algo previsible, no como lo que ocurriría la temporada siguiente.

De inicio nuestro objetivo era el de asegurar la permanencia lo antes posible. Empezamos la temporada de una manera formidable, ganando 6 de los primeros 7 partidos que disputamos, incluyendo el debut en el campo del Bayern. Casi sin quererlo el equipo empezó a encadenar buenos partidos y resultados, nos acostumbramos a ganar como si no se hubiese producido un salto de categoría. Eso sí, durante los últimos meses notamos la presión ante lo que podíamos coneguir y empatamos varios partidos que pusieron en riesgo la liga. No obstante, ganamos el título con una jornada de antelación tras golear al Wolfsburgo en casa. Finalmente, habíamos logrado pasar en 12 meses del infierno de la 2.Bundesliga a alzar la Bundesliga. Al bloque que había descendido se le sumaron futbolistas como Buck, Sforza o Ballack y la espectacular temporada de Olaf Marschall (21 goles en 24 partidos), ya que con su aportación conseguimos la mayor hazaña de nuestra historia, ¡mucho más grande que el título de 1991! ¡Tras el peor episodio de la historia del club, tras su único descenso (y temporada) en segunda habíamos ganado la liga siendo un simple recién ascendido!

Después del título, el rendimiento del equipo fue empeorando de manera progresiva. Quintos en liga y eliminados por el Bayern en la Champions (6-0 de global en la eliminatoria de cuartos de final), el equipo no volvió a repetir los mismos resultados tras el cambio de siglo. Cada vez estábamos más abajo en la clasificación y empezamos a rozar los puestos de descenso. Hasta que caímos en ellos y descendimos por segunda vez en nuestra historia en 2006, dejando un sabor amargo en Kaiserslautern, pues ese verano acogimos 5 partidos del Mundial en nuestro campo.

Llegó una larga travesía de cuatro temporadas en segunda división. Demasiado tiempo para un equipo que estaba acostumbrado a visitar año tras año los estadios del Bayern o Borussia Dortmund. En 2010 llegó el ascenso y luego cuajamos una temporada 2010-11 en la que no sufrimos apuros para mantener la categoría. Pero todo fue un espejismo porque esta temporada apenas plantamos cara para mantenernos en la Bundesliga, descendiendo de nuevo. Esto empieza a parecerse a un equipo ascensor y el Kaiserlsautern cada vez nos hace sonreír y gritar con menor frecuencia. De hecho, nuestra trayectoria en el siglo XXI es para olvidar si la comparamos con nuestros primeros 100 años de historia. Aunque para el consuelo queda que nuestro último título de liga vino tras un ascenso... y creo que todos los aficionados del FCK volveríamos a firmar dos temporadas como las 1996-97 y la 1997-98. Porque ese recuerdo no nos lo podrá quitar nadie. Y el sueño de aspirar a repetir algo similar en el futuro tampoco.

2 comentarios:

  1. Mítico el Kaiserlautern que no está pasando por un buen momento, éso es cierto. Éste año ha vuelto a caer a 2.Bundesliga, aunque seguramente el año que viene los volveremos a ver en primera.

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  2. me acuerdo de Fritz Walter porque mi padre me contó de él, Walter era el ídolo de mi papá y me dijo de esa vez que levanto la copa de campeón, fue un momento muy emotivo para mi padre

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