A mediados de julio el fútbol ya arranca oficialmente en distintos países europeos. Sea en forma de Supercopa o en primera jornada de liga, ésta es una buena oportunidad para ver partidos de ligas que luego, por cuestión de tiempo, acaban relegadas a un segundo plano. Uno de los partidos más destacados del día se jugaba en Rumanía: Cluj y Dinamo Bucaresti abrían la temporada en su país.
El partido en no decepcionó. Ritmo, velocidad, goles, tensión, una expulsión, emoción, una prórroga e incluso una tanda de penaltis para decidir el título. Pero lo más llamativo es descubrir a futbolistas a los que uno no conoce y que aparecen de repente para sorprenderte muy gratamente. En el equipo campeón, el Dinamo Bucaresti, había tres chicos que ayer jugaron especialmente bien.
El primero es un centrocampista senegalés, Boubacar Mansaly. Al describir su perfil futbolístico quizás no llame demasiado la atención, porque no deja de ser un futbolista con mucha presencia física, potencia, y típico mediocentro africano que cubre muchísimo terreno de juego y busca llegar a la portería contraria con asiduidad. Además, ayer demostró ser un correcto pasador y aportó cierta pausa cuando fue necesario. Sin embargo, más curiosa es su historia. Canterano del Saint-Étienne, allí apenas jugó un partido con el primer equipo y varios con su filial en cuarta división. A sus 23 años, al ver que no tenía minutos, decidió marcharse al Drancy, otro equipo de la CFA (cuarta división). Allí jugó 17 partidos antes de que los ojeadores del Dinamo Bucaresti lo encontraran y lo trajeran a Rumanía. En la Supercopa debutaba como titular y parecía no notar el cambio de categoría. Como siga jugando como ante el Cluj su carrera progresará a gran velocidad. Con 24 años aún tiene tiempo.
El segundo futbolista es un chico local, bastante más joven que Boubacar, nacido y criado en Bucarest. De hecho, Constantin Nica es canterano del Dinamo desde que tiene 6 años, desde 1999. Debutó con el primer equipo en mayo y ha empezado la temporada siendo titular en la Supercopa pese a sólo acumular 241 minutos de experiencia en primera división. Y realmente no pareció que fuera un futbolista tan joven e inexperto. Su comportamiento en el campo correspondió más al de un veterano, sólido en defensa y cauto en ataque, siempre esperando el momento adecuado para incorporarse y ayudar ofensivamente. Nica asistió al goleador Tucudean en la jugada del primer gol de su equipo con un pase largo desde su propio campo, perfecto para que el delantero bajara el balón y batiera al portero rival. Tan sólo tiene 19 años y parece que la banda derecha de la defensa del Dinamo le pertenecerá esta temporada. Habrá que estar atentos con su evolución.
Al tercer jugador ya lo he citado en el párrafo anterior. Se trata del goleador de 21 años George Tucudean, formado en el club de su ciudad natal, el UTA Arad, donde empezó a destacar desde muy joven. Tanto como para que uno de los grandes de su país se fijara en él y lo fichara. Tras jugar bastante la temporada pasada (participó en 23 partidos de liga aunque sólo fue titular en tres ocasiones) hoy ejerció de revulsivo. Salió con su equipo por detrás en el marcador y empató el partido. En la prórroga le concedieron una segunda oportunidad para marcar y no perdonó. Sí que falló un penalti de la tanda, retrasando la celebración del título. No obstante, mejoró la actuación del titular Niculae y con su partido parecía reclamar a gritos un mayor protagonismo esta temporada.
Ayer, Boubacar, Nica y Tucudean demostraron que pueden rendir a un gran nivel en situaciones de gran exigencia. Espero que Dario Bonetti lo tenga en cuenta de cara a la próxima temporada.
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