Nuestros colores son el rojo y el amarillo, por la influencia de nuestros vecinos del sur, aunque nosotros precisamente estamos muy al norte de Francia. Históricamente tenemos una rivalidad, sana pero antigua, con nuestros vecinos de Lille, ciudad que se encuentra a apenas 30 kilómetros de aquí. De hecho, nuestras historias parecen estar entrecruzadas de una manera muy curiosa. Aunque nosotros, únicamente hemos ganado un título de liga en nuestra historia. Aun estando en la Ligue 2 ahora, seguimos orgullosos de ello.
Empecemos por nuestra historia, que comenzó en 1906. El fútbol, ese deporte al que jugaban los ingleses, poco a poco iba llegando al norte de Francia y Lens no podía ser menos que sus vecinos de Amiens o Arras y, por lo tanto, un grupo de estudiantes empezó a practicar este deporte. Así nació nuestro club, cuyos colores inicialmente eran el negro -en honor a las minas de carbón de la zona- y el verde -color asignado a la equipación por la Place Verte de Lens, actualmente llamada Place de la République, donde empezaron a jugar al fútbol los estudiantes de nuestra ciudad-. Los vecinos se quejaron durante los primeros años de lo ruidosos que eran nuestros primeros futbolistas y se tuvieron que trasladar a otro lugar. Actualmente apenas hay unos aparcamientos, un edificio de Caisse D'Espaigne y algunos locales menores. Aunque, como aficionado del Lens y como honorífico motivo de peregrinaje hacia el lugar donde nació nuestro club, me veo obligado a traer a mi fiel perro al salón de belleza canina que hay en Place de la République como mínimo una vez cada temporada.
Pero sigamos con nuestro club. Llegó la Primera Guerra Mundial y tanto la ciudad de Lens como cualquier tipo de instalación de nuestro club fue destruida. Esto nos obligó a reinventarnos. Entre los cambios que sufrió el club están los nuevos colores, los que representan al Lens actualmente, el rojo y el amarillo. Entonces, en los años 20, en nuestro club solían jugar los trabajadores de la mina, muchos de ellos de origen polaco. Poco a poco nuestro equipo fue creciendo, casi en paralelo a la reconstrucción de nuestra ciudad. También fue importante la ayuda de la empresa minera de Lens, que aportó una cantidad de dinero importante destinada a la construcción de un nuevo estadio. El presidente de la empresa minera de Lens murió poco antes de la inauguración del estadio y éste tomó su nombre, Félix Bollaert. Este estadio, que evidentemente ha sufrido muchas remodelaciones, aún es el nuestro. También en la Ligue 2. Y, curiosamente, su aforo es superior a la población de Lens.
La construcción del estadio Félix Bollaert empujó al equipo, que empezó a progresar con facilidad en las distintas divisiones del fútbol francés. Y justo cuando mejor estábamos estalló la Segunda Guerra Mundial, que puso freno a nuestra progresión. Además, las minas de Lens fueron nacionalizadas y el club perdió uno de sus principales puntos de apoyo económico. Malos años para el fútbol en nuestra ciudad, acompañados de un descenso a la segunda división.
Estando en la segunda división llegamos a nuestra primera final de Copa. Nuestro rival ese día fue el Lille, que se habían alzado por primera vez con el título de liga un par de temporadas antes. Por lo que cuentan los aficionados más veteranos de ambos clubes, la final de 1948 fue épica. Una división separaba entonces a ambos equipos, pero no se tuvo esa sensación ese día, menos en un partido de tanta rivalidad. De poco sirvieron ese día los goles de Stefan Dembicki, jugador alemán de origen polaco, que igualó en dos ocasiones el marcador. Acabamos perdiendo ese partido en el minuto 86 por culpa de un gol de Jean Baratte, uno de los mayores mitos de la historia del Lille. Él marcó el 3-2 defintivo. De nada sirvió la heroicidad realizada por nuestros jugadores.
El año posterior, subimos a Primera y, pese a pasar por ciertas dificultades, nos establecimos en lo más alto del fútbol francés, compitiendo con nuestros vecinos de Lille temporada tras temporada. Poco a poco íbamos creciendo y en 1955 se produjo un suceso extraño. Superamos por primera vez al Lille, vigente campeón de liga y campeón de Copa ese año. El Lens luchó por el título esa temporada y el Lille sufrió por no descender. Tras la temporada 1954-55, ese cambio de papeles dejó de ser algo meramente simbólico. El Lens se quedó en 1956 a un punto de ganar el título de liga y el Lille descendió. La década de los 50 fue buena para nosotros, pues volvimos a lograr el subcampeonato en 1957.
Pero eso fue algo puntual para nuestro club. Hay que recordar que entonces dependíamos económicamente de las empresas mineras de nuestra ciudad y éstas entraron en crisis en la década de los 60, hasta llegar al punto de dejar de lado sus inversiones en el fútbol. Esto nos afectó tanto como para acabar descendiendo en 1968. Y lo hicimos junto al Lille, que tampoco gozaba de la grandeza de otras décadas. De todos modos, nostros descendimos hasta la categoría amateur del fútbol francés y rozamos la desaparición... ¡maldita economía!
Afortunadamente, el club cayó entonces en buenas manos. Ante la pasividad del sector de la minería, aparecieron Henri Trannin y Arnold Sowinski, ambos porteros de nuestro club, y André Delelis, que hicieron grandes esfuerzos para superar la situación. El primero fue el director deportivo; el segundo, entrenador; y el tercero, alcalde de la ciudad. Precisamente este último impulsó una campaña para recaptar un franco por persona para levantar la economía del club y remodelar el estadio. Delelis es una figura muy popular en nuestra ciudad, como bien reflejan sus 32 años (1966-1998) como alcalde.
Con la ayuda de estas tres personas, el muerto resucitó. En 1973 volvimos a Primera y en 1975 jugamos la final de Copa ante el Saint-Étienne, dominador absoluto de nuestra liga a finales de los 60 e inicios de los 70. No obstante, este subcampeonato nos permitió jugar la Recopa (Saint-Étienne había ganado la liga), nuestra primera aventura europea. No le pudimos dedicar el título a Henri Trannin, que falleció a falta cinco días para el inicio de la temporada 1974-75, pero sí nuestros cuatro partidos en Europa. De hecho, en 1976 le pusimos su nombre a una de las gradas del Félix Bollaert.
Ése fue nuestro mejor momento de la década junto al subcampeonato de 1977. Quedamos lejos del Nantes (9 puntos), pero también nos alegró el descenso del Lille, como en 1956. De todos modos, esto nos permitió volver a Europa, donde vivimos una de las mejores noches de la historia de nuestro club ante la Lazio. Habíamos perdido en el partido de ida por 2-0 y tras forzar la prórroga en la vuelta, acabamos ganando por 6-0. Ese hattrick de Didier Six sigue en la retina de todos los aficionados del Lens que fuimos al Félix Bollaert con un hilo de esperanza. Caímos en octavos de final ante el Magdeburg, de la RDA. En esta ocasión no pudimos remontar el 4-0 de la ida. De todos modos, no está de más recordar que ese equipo era un asiduo de las competiciones europeas y había jugado, y perdido, una final de la Recopa en 1974.
Sin embargo, la competición europea distrajo demasiado a nuestro equipo, que hizo una mala temporada en liga. El año fue tan malo que acabamos descendiendo, precisamente cuando el Lille ascendía. Aunque, afortunadamente, el descenso no fue más que un pequeño accidente y el año siguiente volvimos al lugar que nos correspondía, la primera división del fútbol francés.
Tras el ascenso, competimos a un buen nivel en Francia. Con Houllier como entrenador, no sufríamos por bajar, aunque tampoco competíamos por el título de liga, éramos un club de zona media que de vez en cuando jugaba la UEFA. Hasta 1988, cuando existió el riesgo real de descender. Tuvo que venir Sowinski para salvar el club a la desesperada. Era un aviso de cara a la siguiente temporada, en la que únicamente sumamos 17 puntos -3 victorias-. Volvíamos a segunda otra vez tras una etapa bastante positiva.
Regresamos en 1992 y con nuestro ascenso también volvió la normalidad previa a 1989. Acabábamos en la parte media-alta de la tabla, jugábamos de vez en cuando en Europa con jugadores como Foé, Dehu, Vairelles o Roger Boli. Hasta que, así, de golpe, en 1998 fuimos campeones. Y de manera totalmente sorprendente, ya que el año anterior habíamos sido decimoterceros.
La temporada 1997-98 fue muy extraña. Imitando la hazaña realizada por el Auxerre en 1996, competimos con el Metz hasta la última jornada por el título de liga. Éramos dos equipos modestos, que luchábamos por nuestra primera liga. A medida que avanzaban los meses nos íbamos acercando al título y la liga acabó siendo cosa de dos. Además, hay que destacar la buena temporada de nuestro equipo en Copa, donde llegamos a disputar la final, y la situación del Lille, que muchos recordamos, en Ligue 2 y a las puertas del ascenso.
Teníamos un buen bloque. Manteníamos a los Foé, Dehu y Vairelles, a los que se sumaron futbolistas como Pitau, Vladimir Smicer, Anto Drobnjak o Stéphane Ziani. De hecho, la historia de este último es bastante curiosa, pues Ziani posteriormente volvería a ganar un segundo título de liga contra pronóstico en Francia, con el Nantes en 2001.
Enfrente estaba un Metz con futbolistas que luego se han hecho un nombre en el panorama futbolístico, como Louis Saha, Robert Pirès, Létizi o Rigobert Song, que luego acabó jugando con nosotros. La liga se acabó decidiendo por la diferencia de goles (+25 a +20) tras el empate en la última jornada ante el Auxerre. Unas semanas después Francia ganaría el Mundial.
La temporada 1998-99 no fue tan positiva como la anterior, pero dejó bonitos momentos para la afición. Debutamos en la Champions League y cuajamos una actuación bastante buena: ganamos a Arsenal y Panathinaikos y tuvimos opciones de pasar a los cuartos de final hasta la última jornada de la fase de grupos, en la que perdimos en el partido clave ante el Dynamo de Kiev. Además, volvimos a ganarle un título al Metz, con quien nos enfrentamos en la final de la Copa de la Liga.
Esta temporada fue el preludio de una aún mejor. Esta vez no jugamos la Champions League, pero fuimos semifinalistas de la Copa de la UEFA en el año 2000, tras eliminar a equipos como Kaiserslautern, Celta o Atlético de Madrid. En semifinales nos eliminó el Arsenal, equipo al que ya nos enfrentamos la temporada anterior.
A excepción de la temporada 2000-01, éramos un equipo cada vez más habituado a jugar competiciones europeas. Apenas temíamos por la permanencia y en el año 2002 peleamos hasta el final con el Olympique Lyonnais, que entonces ganó su primera liga, título que se les había resistido en un par ocasiones. Teníamos jugadores de peor nivel y apenas os sonarán algunos nombres como Ludovic Delporte, Djimi Traoré, El-Hadji Diouf, Daniel Moreira o Valerien Ismäel.
Volvimos a escuchar el himno de la Champions en el Félix Bollaert. Sin embargo, caímos en un grupo extremadamente duro, junto a Déportivo de la Coruña, Milan y Bayern. Conseguimos sumar 8 puntos, superamos al equipo alemán y ganamos en casa a Dépor y Milan. Si nos eliminó el campeón de la Champions, también lo hizo el de la UEFA al jugarla tras ser terceros de grupo en Champions. Fue una lástima caer tan pronto en ambas competiciones, pero como mínimo lo hicimos ante los mejores. Hay que recordar que en nuestro equipo había jugadores como Seydou Keita, Thomert, Rod Fanni o John Utaka, que se sumaron a los subcampeones de liga.
Encadenamos buenas temporadas en los primeros años de siglo. Jugábamos en Europa y competíamos bien en las competiciones internacionales. Pero la exigencia era cada vez mayor y jugar la UEFA nos parecía poco tras acariciar los puestos Champions en distintas ocasiones. Por aquí pasaron jugadores que ahora están en buenos clubs, como Assou-Ekotto, Alou Diarra o Jussiê, además de algunos futbolistas entonces contrastados como Carrière, Hilton o Leroy. Hasta que, en la temporada 2007-08, tras haber sido quintos, bajamos al a Ligue 2 tras 16 temporadas en Ligue 1. Lo hicimos con futbolsitas como Carrière, Monterrubio, Rémy, Dindane, Bisevac, Bonaventure Kalou o Belhadj. Dolió.
Afortunadamente, sólo estuvimos una única temporada en la Ligue 2. Subimos como campeones, aunque la competencia por el ascenso fuese durísima esa temporada. Conseguimos mantenernos con cierta facilidad en la Ligue 1 y parecía que ya estaba todo hecho, que podríamos volver a la normalidad, a lo que un par de temporadas más atrás parecía rutinario. Pero no.
Volvimos a descender en la temporada 2010-11, con futbolistas como Varane, Bedimo o Joseph-Monrose en nuestra plantilla, gente joven pero con aptitudes para seguir progresando. En esta ocasión, regresar no ha sido cuestión de una única temporada y, de hecho, estuvimos más cerca del segundo descenso consecutivo que de regresar a la Ligue 1.
Recientemente nos hemos convertido en un club ascensor, que alterna la segunda división con la primera. Y no hace tanto tiempo estábamos jugando en históricos campos de Europa ante los equipos más poderosos del continente. Empiezo a echar de menos esos tiempos en los que visitar el Félix Bollaert se convertía en una tarea complicada para los mejores de Europa. Echo de menos esos años en los que mi equipo nos daba alegrías en liga y nos emocionaba. Ahora estamos hundidos, en la Ligue 2 y con la compañía de otros equipos históricos como Mónaco o Nantes. Ojalá la próxima temporada consigamos ascender a la Ligue 1 los tres. Aunque, evidentemente, si hay que quedarse con uno, pues que seamos los Sang et Or. Lo ideal sería poderse mantener luego en la Ligue 1, claro.
Bueno éste capítulo. Es el tercero que hacer por Francia ya, y ésto demuestra una cosa que me gusta mucho de la Ligue 1, su tremenda igualdad entre todos los equipos. Todos pueden ganar, todos pueden perder, y ésto se puede ver a día de hoy.
ResponderEliminarÉstas entradas dan muchas ganas de comenzar una partida en Football Manager :D
creo que empecé a leer estas historias o estas partes mal, voy por la tres y ya he leido la octava, séptima, sexta, quinta y cuarta jaja pero bueno aún así son muy informativas!
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