Somos uno de los tres equipos de la capital de nuestro país. De los tres, somos el club más antiguo; pero, históricamente, somos el menos exitoso de la capital. No obstante, tuvimos nuestro momento, disfrutamos de unos años dorados que nos convirtieron no sólo en el mejor club de la ciudad, sino de todo el país. Nuestras hazañas europeas fueron celebradas aquí y admiradas en todo el continente. Pero vayamos poco a poco, que hay que explicar qué ha sido del FC Petržalka. O quizás sea mejor hablar del Artmedia Bratislava, nuestro nombre oficial en nuestra época dorada.
A pesar de ser el decano de la capital, nuestra fama no llegó hasta esta última década. De hecho, la rivalidad futbolística en Bratislava históricamente ha recaído en los duelos entre Slovan e Inter -aunque los segundos desaparecieron como tal hace unos años para pasar a formar parte del FK Senica y ahora hemos pasado a ser el segundo equipo de la capital-. Además, representamos al barrio más poblado de Bratislava, Petržalka, cuya población sólo superan dos ciudades de todo el país, siendo Bratislava una de estas dos ciudades.
Realmente nunca habíamos competido por ningún trofeo. Todos nuestros títulos y éxitos llegaron en esta última década, así que empezaré el relato de nuestros años más dulces en los años 90, con la disolución de Checoslovaquia y la aparición de Eslovaquia como país independiente de la República Checa. En 1993 se creó la nueva liga eslovaca, pero nosotros no participamos en ella por primera vez hasta el año 1996.
A partir de entonces vino nuestra magnífica progresión. Mejoramos año tras año e incluso sobrevivimos a la reestructuración de la liga sufrida con el cambio de siglo, cuando la liga nacional pasaron de jugarla dieciseis equipos a hacerlo con tan solo diez.
Poco a poco íbamos mejorando nuestra clasificación hasta llegar al subcampeonato de la temporada 2002-03, cuando nos quedamos a apenas 3 puntos del líder. Nos íbamos acercando al título, y por eso nos sorprendió el octavo puesto conseguido la temporada posterior. No obstante, no nos precipitamos ni echamos a nuestro entrenador, Vladimír Weiss, que se hizo con el puesto de entrenador en 1999, pese a la mala temporada. También es cierto que la adornamos con el título de Copa, el primero de nuestra historia.
En cualquier caso, creo que hicimos bien manteniendo a Weiss porque a la siguiente temporada, también con él en el banquillo, ganamos la liga. Además de estar muy cerca de repetir el título de copero (perdimos la final ante el Dukla Banská Bystrica), mejoramos notablemente nuestra actuación liguera pese a nuestro mal inicio. Encajar una goleada en el campo del Zilina (5-1) en la segunda jornada no es la mejor manera de empezar una temporada. Sin embargo, poco a poco fuimos reconduciendo la situación y nos convertimos en un equipo mucho más fiable, empatábamos a menudo pero perdíamos poco. De hecho, sólo perdimos 4 partidos durante la temporada (36 en total) y la cuarta derrota llegó en el mes de octubre, por lo que acabamos encadenando 24 partidos sin perder. Perdiendo tan pocos puntos, el Zilina no pudo alcanzarnos.
Tras el título de liga tocaba prepararse para la aventura europea en la Champions League, la primera participación en la historia de nuestro club. Lo tuvimos que hacer sin Filip Sebo, el máximo goleador en la temporada del título con 22 goles y empezando en la primera ronda por nuestro modesto coeficiente. El primer rival, un equipo de Kazajistán, el Kairat Almaty.
Se habló mucho de nuestras victorias posteriores, pero muy poco de lo que nos costó derrotar al equipo kazajo. Perdimos en la ida por 2-0 y nos tocaba remontar en casa. Hicimos los deberes poniendo el 2-0 en el marcador en el minuto 52, pero no pudimos marcar el tercer gol. Así que llegaba la prórroga, donde ellos golpearon en el primer minuto. El 3-1 no nos valía y teníamos que marcar dos goles para superar la priemra ronda previa. Marcamos el tercero de penalti poco después del gol kazajo, pero el cuarto no llegaba. Hasta que, en una larga jugada llena de rebotes y confusión en el tiempo de descuento, Pavol Stano marcó de cabeza el gol que nos clasificaba para la siguiente ronda. Esperaba el Celtic, pero poco nos importaba. Pocas veces habíamos celebrado un gol de aquella manera.
En la eliminatoria contra el Celtic teníamos que jugar el partido de ida en casa. Contexto totalmente distinto, teníamos que intentar sacar un buen resultado para poder tener opciones de cara al partido de vuelta. Marcamos el primer gol poco antes del descanso, pero nadie se podía imaginar lo que vendría en la segunda mitad, toda una exhibición de nuestro potencial. ¡Les acabamos metiendo cinco goles! ¡Cinco! ¡Al Celtic! Juraj Halenár, a sus 22 añitos, se convirtió en el héroe de la noche con tres goles y una asistencia. Nadie se lo podía creer. Pero aún quedaba el partido de vuelta. Y casi nos remontan, 2-0 al descanso y 4-0 al final del partido en Celtic Park, nos hicieron sufrir. Pero resistimos y sólo nos quedaba una última eliminatoria, en este caso contra Partizán de Belgrado.
Otra vez tocaba jugar el partido de ida en casa. Misma idea que en la eliminatoria anterior, pero ahora ya no éramos un equipo tan desconocido para todos los equipos europeos. Empatamos a cero en el partido de ida y también en el de vuelta, donde la prórroga no decidió nada. Así que tocaba jugarse un puesto en la fase de grupos en una tanda de penaltis en ambiente hostil. Esa sensación de tensión delante del televisor de tu casa es horrible. Lo peor fue que fallamos dos penaltis de los cinco primeros, el primero lo compensó un lanzamiento al poste del Partizán justo después, pero el segundo... ¡lo falló el quinto lanzador cuando tenía el pase asegurado! Mérito de nuestro portero, que paró ese penalti y el posterior, dándonos la victoria. Nos convertíamos en el segundo equipo eslovaco, después del Kosice, que llegaba a la fase de grupos.
Con el peor coeficiente UEFA de todos los equipos participantes caímos en el último grupo de todos junto a Inter, Porto y Rangers. Se las prometían muy felices, que si éramos el peor equipo de la Champions, que si todo serían goleadas... y llegó el debut en casa contra el Inter y sólo perdimos por 0-1. Pero lo mejor vino en la siguiente jornada en un partido para la historia. Tocaba visitar al Porto, campeón de Europa dos años antes.
Y ellos empezaron ganando el partido. Dos goles en la primera mitad parecían suficiente para derrotar a este flojo y desconocido equipo eslovaco. Pero nosotros habíamos eliminado al Celtic, aguantado en Celtic Park y sobrevivido a una tanda de penaltis en Belgrado y nos nos íbamos a rendir fácilmente. Eso demostraron los jugadores, que redujeron las distancias en el marcador poco antes del descanso. Luego, en unos 45 minutos mágicos, culminamos la remontada con dos goles para la historia.
Posteriormente conseguiríamos empatar nuestros dos partidos ante el Rangers y el otro ante el Porto. Pero tantos empates no fueron suficientes (más la previsible derrota en Milán) para clasificarnos para los octavos de final. Nos quedamos a un punto del equipo escocés y pasamos a disputar la UEFA, donde no causamos el mismo impacto que en la Champions League. No obstante, ya estaréis contentos con nuestra participación en la Champions: siempre que un equipo de nuestro país ha llegado a la fase de grupos (1998, 2006 y 2009), un equipo de vuestro país ha ganado la competición.
En la liga apenas acusamos nuestra buena actuación en Europa, ni tampoco la marcha de Weiss en febrero. En el mercado invernal se marcharon también Jan Durica, Peter Petras y Branislav Obzera, todos ellos al Saturn moscovita junto a Vladimír Weiss, y el grupo apenas se resintió tras su ausencia. En cualquier caso, los resultados de esa temporada fueron buenos, pero no suficientes para alcanzar el título. Poco a poco, los héroes europeos iban recalando en clubes de mayor nivel.
También repetimos subcampeonato en 2007, pero quedando algo más lejos del título. Sin embargo, de cara a la temporada 2007-08, volvió el entrenador del milagro europeo tras su aventura rusa; volvió Vladimír Weiss. Y con él regresaron los éxitos al barrio de Petržalka, en esta ocasión por partida doble al lograr el doblete: ganamos la liga con autoridad y alzamos la Copa por segunda vez en nuestra historia.
Además, con
ese título abandonamos la condición de tercer equipo de Bratislava
igualando la cantidad de ligas ganadas por el Inter Bratislava, aunque
seguíamos teniendo menos Copas. Así nos reivindicamos como el club eslovaco del momento y Vladimír Weiss se ganó el puesto de seleccionador nacional, en el que hizo un buen trabajo clasificando a Eslovaquia para el Mundial de Sudáfrica, eliminando a Italia en la fase de grupos y alcanzando los octavos de final.
No obstante, sin Weiss comandando al Artmedia tras su segunda etapa dejamos de ser un equipo ganador y competitivo. Parecía ir acorde con el cambio de nombre que sufrimos en 2009, cuando nos pasamos a llamar MFK Petržalka, ya que entonces pasamos a ser un club totalmente distinto a nivel deportivo. Descendimos en 2010 a Segunda y dos años más tarde a Tercera, donde queremos empezar de cero esta temporada.
Ahora estamos totalmente hundidos y necesitamos salir cuanto antes de Tercera. Tenemos el proyecto de un nuevo estadio en construcción y queremos empezar de nuevo aprovechando que no tenemos prácticamente nada sobre lo que sostenernos. Ahora nuestra intención es crear una base sólida para crecer y volver a ser lo que fuimos. O intentarlo.
Para conseguirlo, primero el club quiere que los aficionados nos impliquemos colaborando económicamente y ayudándolo de manera activa, comprometiéndose a cambio a ser transparente en sus gestiones. Además, se pretende potenciar el fútbol base como pilar para construir un equipo competitivo a medio y largo plazo de manera que el primer equipo pueda tener en la cantera una buena fuente de recursos.
Las intenciones del club son buenas y ahora falta que se puedan ejecutar como se pretende. De ser así, creo que podremos armar un proyecto decente y competitivo a medio plazo para irnos acercando a la Primera división eslovaca y volver a competir en el primer nivel. En ese sentido, creo que podemos ser optimistas. No obstante, tampoco vamos a olvidar nuestro pasado, porque no está de más recordar nuestras hazañas europeas de vez en cuando. Yo, lo reconozco, tengo la cinta del partido de Do Dragao en casa y lo veo -como mínimo- una vez por temporada.
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