Siempre he considerado que mi conocimiento sobre el fútbol sudamericano, africano, asiático y de Oceanía es bastante pobre. Siempre he querido ver algo más de fútbol americano, pero muchas veces los horarios y la posibilidad de ver otros partidos europeos me lo han impedido. Pero ayer había un partido que me parecía muy atractivo. La final del trofeo bicentenario de México. Aún no he escrito disputado en el otro lado del Charco en el blog, pero espero escribir varios más mientras este blog se mantenga con vida y actividad.
La final del bicentenario de México enfrentaba a Toluca y a Santos Laguna. Se había disputado un partido de ida que había acabado con empate a 2 en el campo del Santos, pero, afortunadamente para el espectáculo, los goles en campo contrario no tuvieron valor doble en el marcador. Y es que el partido de vuelta no hubieron goles. Pero hubieron muchísimas ocasiones, el juego estuvo muy animado y los porteros muy acertados, haciendo que la puntería de los delanteros rivales brillara por su ausencia. Los porteros, Oswaldo Sánchez y Talavera, fueron más que decisivos. Tanto en los primeros noventa minutos, como en la prórroga y en la tanda de penaltis.
Pero durante la final hubieron dos momentos decisivos que pudieron decidir la final a favor del Santos Laguna. El primer momento clave fue cuando un balón le llegó a Vuoso dentro del área, libre de marca para rematar ante el portero. Ese balón venía despacio, desde el costado izquierdo del área, hacia atrás, pero le fue a dar al balón y Vuoso le dio tan mal que el balón ni se fue hacia adelante. Allí pudo matar el partido y darle un título a su equipo. Pero más tarde le llegaría su segunda oportunidad de gloria.
Llegó la tanda de penaltis, el Toluca iba perdiendo 2-3 en la tanda de penaltis y si Vuoso metía su penalti, el Santos Laguna ganaba el trofeo bicentenario. Pero Vuoso ya llegaba con la presión de su fallo anterior. Llegaba con la presión de saber que el triunfo dependía de su equipo. Y tiró el penalti fatal, raso y lejísimos, muy lejos del poste derecho del portero. Esto acabó de hundir a Santos Laguna, que pasó de estar a un pelo de ganar la final cuando Oswaldo Sánchez casi para el penalti del 2-3 a perderla cuando Talavera paró el penalti definitivo, tras comerle la moral al lanzador en los segundos previos al lanzamiento.
Afortunadamente, en la final también me gustaron otros jugadores, como Darwin Quintero, los porteros Talavera y Oswaldo Sánchez, los movimientos e ideas de Mancilla o el buen juego y el orden impuesto por Romagnoli. Pero para Vuoso este partido fue uno de los peores de su carrera, y no sé si el peor.
Desde el fallo de Vuoso en el penalti, se habló ayer sobre él como se habló de Bendtner ese día que lo falló todo ante el Burnley. Me parecen situaciones parecidas, porque además mucha gente también dijo que por el bien de su selección no llegó a ir convocado para ir al Mundial. Esto me parece exagerar y ser cruel con Vuoso, ya que un día malo lo puede tener cualquiera, y Vuoso ha marcado muchos goles para el Santos Laguna, unos 94 entre sus dos etapas en este club. Espero que la pasión del fútbol mexicano no lo destierre del Santos Laguna, porque tampoco parece tan mal jugador. Que le den otra oportunidad para que realmente demuestre que vale para el club y que la gente no se acuerde sólo de este partido. O eso espero. Para ello le damos ánimos desde este blog, porque fue el protagonista de la final, por desgracia para su equipo.
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