Unas semanas después de ganar el Mundial, escribí sobre el trabajo hecho por la Federación, Santisteban y los demás seleccionadores de categorías inferiores que, habían empezado a formar y lanzar estos chavales que posteriormente nos harían campeones del mundo. Ayer, en una exhibición de fútbol, la selección española consiguió ganar a la de Suiza para proclamarse campeones de Europa sub 21 por tercera vez en la historia. Y es que la selección sub 21 hizo un gran partido y un excelente torneo. Si bien es cierto que se les atragantaron el partido inaugural y el de semifinales, al final esta joven selección española consiguió superar las adversidades para ganar el torneo.
El primer partido fue bueno. También fue difícil, porque el rival era Inglaterra, había mucho respeto y magníficos jugadores enfrente. El balón fue español y faltó profundidad. El gol de Welbeck al final del partido hizo que el partido hubiese parecido distinto al que vimos. Al equipo español le faltó velocidad en el toque, algo de profundidad y contundencia. Pero, pese ello, el partido no fue tan malo como se dijo y únicamente había que pulir detalles de cara a los siguientes partidos.
Y estos detalles se mejoraron en el segundo y el tercer partido, contra la República Checa y Ucrania respectivamente. El equipo español tocó mejor, más arriba y con mayor profundidad. Mata y Adrián rindieron a un gran nivel y la entrada de Muniain en el once titular le dio otro aire al equipo.
Luego, ya en semifinales, el equipo se enfrentó contra la sólida Bielorrusia, un equipo que recordaba al Sporting de Braga que llegó a la final de la Europa League. Un equipo sólido, de marcado carácter defensivo y que aprovechaba sus armas cómo buenamente podía. Hacía daño a balón parado, al contraataque y demostró que jugadores de ataque como Dragun, Nekhaychik o Perepechko eran peligrosos dado su buen nivel técnico. Y, cuando se ponían por delante en el marcador, era muy complicado marcarles algún gol. Su estilo de juego y su compactada defensa pusieron en problemas a España, y más tras marcar un gol en una jugada aislada. Finalmente, el equipo empató al final del partido y en la prórroga se impuso ante un equipo que ya se veía en la final.
Precisamente, en la final estaba Suiza, un equipo que había demostrado solidez a lo largo del torneo, un buen gusto para mover el balón y un buen ataque con Shaqiri, Emeghara y un enrachado Mehmedi. Ante España, no tuvieron el balón y defendieron con orden y con paciencia,esperando un contraataque, una conducción de Shaqiri o una jugada a balón parado. Buscaron minimizar las virtudes de España y, por momentos, lo consiguieron. Pero el centro de Dídac que remató Ander Herrera o la genial vaselina de Thiago (que si no hubiera ido dentro ahora hablaríamos de un jugador chulo y sobrado) marcaron las diferencias. España fue superior, pero no hay que olvidar que Suiza también tuvo sus claras ocasiones de gol en remates de Kasami, Tim Klose o Shaqiri.
Finalmente, Javi Martínez, el capitán de España, levantó el trofeo de campeones de Europa sub 21. España se proclamó con justicia campeón, pero los torneos de categorías inferiores no se acaban aquí. Este verano todavía quedan el Mundial sub 20 y el Europeo sub 19, torneos en los que participará España y en los que el equipo español es claro candidato al título. Veremos si lo consiguen. Ganas de hacerlo, de seguir sumando, las hay en los conjuntos españoles. Y lo mejor es que hay un relevo más que válido para la actual selección absoluta.
PD: Mi once inicial del torneo Europeo sub 21 sería Gutor (Bielorrusia); Montoya (España), Filipenko (Bielorrusia), Klose (Suiza), Dídac (España); Javi Martínez (España), Lustenberger (Suiza), Thiago (España); Mata (España), Adrián (España) y Shaqiri (Suiza)
El primer partido fue bueno. También fue difícil, porque el rival era Inglaterra, había mucho respeto y magníficos jugadores enfrente. El balón fue español y faltó profundidad. El gol de Welbeck al final del partido hizo que el partido hubiese parecido distinto al que vimos. Al equipo español le faltó velocidad en el toque, algo de profundidad y contundencia. Pero, pese ello, el partido no fue tan malo como se dijo y únicamente había que pulir detalles de cara a los siguientes partidos.
Y estos detalles se mejoraron en el segundo y el tercer partido, contra la República Checa y Ucrania respectivamente. El equipo español tocó mejor, más arriba y con mayor profundidad. Mata y Adrián rindieron a un gran nivel y la entrada de Muniain en el once titular le dio otro aire al equipo.
Luego, ya en semifinales, el equipo se enfrentó contra la sólida Bielorrusia, un equipo que recordaba al Sporting de Braga que llegó a la final de la Europa League. Un equipo sólido, de marcado carácter defensivo y que aprovechaba sus armas cómo buenamente podía. Hacía daño a balón parado, al contraataque y demostró que jugadores de ataque como Dragun, Nekhaychik o Perepechko eran peligrosos dado su buen nivel técnico. Y, cuando se ponían por delante en el marcador, era muy complicado marcarles algún gol. Su estilo de juego y su compactada defensa pusieron en problemas a España, y más tras marcar un gol en una jugada aislada. Finalmente, el equipo empató al final del partido y en la prórroga se impuso ante un equipo que ya se veía en la final.
Precisamente, en la final estaba Suiza, un equipo que había demostrado solidez a lo largo del torneo, un buen gusto para mover el balón y un buen ataque con Shaqiri, Emeghara y un enrachado Mehmedi. Ante España, no tuvieron el balón y defendieron con orden y con paciencia,esperando un contraataque, una conducción de Shaqiri o una jugada a balón parado. Buscaron minimizar las virtudes de España y, por momentos, lo consiguieron. Pero el centro de Dídac que remató Ander Herrera o la genial vaselina de Thiago (que si no hubiera ido dentro ahora hablaríamos de un jugador chulo y sobrado) marcaron las diferencias. España fue superior, pero no hay que olvidar que Suiza también tuvo sus claras ocasiones de gol en remates de Kasami, Tim Klose o Shaqiri.
Finalmente, Javi Martínez, el capitán de España, levantó el trofeo de campeones de Europa sub 21. España se proclamó con justicia campeón, pero los torneos de categorías inferiores no se acaban aquí. Este verano todavía quedan el Mundial sub 20 y el Europeo sub 19, torneos en los que participará España y en los que el equipo español es claro candidato al título. Veremos si lo consiguen. Ganas de hacerlo, de seguir sumando, las hay en los conjuntos españoles. Y lo mejor es que hay un relevo más que válido para la actual selección absoluta.
PD: Mi once inicial del torneo Europeo sub 21 sería Gutor (Bielorrusia); Montoya (España), Filipenko (Bielorrusia), Klose (Suiza), Dídac (España); Javi Martínez (España), Lustenberger (Suiza), Thiago (España); Mata (España), Adrián (España) y Shaqiri (Suiza)