martes, 12 de julio de 2011

La noche en que Messi apareció

Esta madrugada, por fin vimos a la mejor versión de Messi con la selección argentina. Quizás no cante el himno, quizás no esté marcando goles, pero eso no significa que no pueda jugar bien. Hoy hemos visto la versión de un Leo pasador, que reparte asistencias a sus compañeros y que disfruta jugando al fútbol. Porque Messi no sólo es un jugador que marque goles (y eso que marca muchos) sino que también los genera, los crea, los imagina y los regala a sus compañeros.

Cuando Messi tiene espacios y compañeros con quién asociarse, Leo está contento, está feliz. Se dibuja una tímida sonrisa en su cara porque no tiene que basar su juego en conducciones imposibles, en slaloms maradonianos que difícilmente pueden salir bien. Alguno sí, pero no en cada partido. Cuando Messi está rodeado de buenos compañeros, las defensas tienen que estar pendientes de todos ellos. No vale meter 3 jugadores encima de Messi, porque entonces dejas al Kun o a Higuaín solos para que te creen una ocasión clara de gol. Como mucho puedes meter a dos hombres encima de Leo durante todo el partido, uno que lo marque de cerca y otro que lo vigile de reojo para cubrir los despistes del compañero, pero no puedes ponerlos a todos encima suyo.

Hoy hemos visto a una mejor selección argentina. Mejor porque Leo ha tenido comañeros con los que asociarse. Hemos visto cómo Di María jugaba en una posición bastante centrada, siendo una opción de pase. Hemos visto cómo Agüero, partiendo desde la izquierda, ha combinado con Messi e incluso, en una de estas jugadas, marcó el Kun a pase de Leo. Y hemos visto cómo Higuaín ha tenido un montón de oportunidades, buscando desmarques para crear espacios para Leo, buscando recibir en una buena posición. Al Pipita le faltó puntería, pero las ocasiones las tuvo. También vimos a un Gago más que correcto, que aportó dinamismo al juego y movió la pelota con criterio. Y vimos a una defensa argentina poco exigida, pero dando señales de que sufrirá ante mejores delanteras. Vimos a otros jugadores capaces de atraer parte de la atención de la defensa de Costa Rica y, en una segunda mitad en la que La Volpe se arriesgó demasiado, Messi no perdonó.

Messi tuvo demasiados espacios en el segundo tiempo. Ya estaba enchufado tras una buena primera mitad en la que ya entró en contacto con el balón muy a menudo, buscando agujeros en la zaga costarricense en los que meter un buen pase. Y dio más de uno y más de dos pases decisivos, dejando muy buenos detalles. Pero fue en el segundo tiempo, con la entrada de Brenes por Calvo, cuando Messi quedó libre para conducir el balón a sus anchas. Partiendo desde la derecha, pero ocupando casi siempre posiciones más centradas, Messi conducía todos los ataques y contraataques albicelestes. Así llegó su pase a Agüero en el segundo gol o su segunda asistencia a Di María en el tercero.

Hoy vimos al Leo Messi pasador. Hemos visto lo que es capaz de hacer y ahora los aficionados argentinos pueden estar algo más tranquilos. Pero esto tiene que ser una muestra para un rendimiento todavía mejor en partidos más importantes y ante equipos más importantes. Cuando Leo está bien, Argentina también está mejor. No hay que olvidar que el rival era una selección costarricense alternativa, bastante floja. Y habrá que volver a ver a Argentina contra mejores selecciones (como Colombia) que pongan en problemas a su zaga. Pero por algo se empieza y lo de hoy es un indicio de lo que nos puede hacer disfrutar el bueno de Leo. Es un jugador distinto a los demás y lo ha empezado a demostrar. ¡Qué continúe el espectáculo!

2 comentarios:

  1. Deberían preocuparse más por la línea defensiva y dejar de poner en duda la artillería de arriba. Me sorprendió Gago, aunque quiero verle jugar ante un grande como bien dices. Ahora comienza la verdadera competición.

    Un saludo Tomás.

    ResponderEliminar
  2. Sí, el problema de Argentina está atrás. Sergio Romero está rindiendo bien, pero la pareja de centrales me deja muchas dudas. Veremos quién les reta en cuartos de final.

    ¡Un saludo Xabi!

    ResponderEliminar