Ayer le costó a Brasil más de lo previsto ganar a una selección de Ecuador que no ha rendido a un gran nivel en esta Copa América. Consiguieron un punto en la primera jornada, tras un empate a cero contra Paraguay, pero luego no demostraron demasiado más para conseguir el billete para los cuartos de final. Pese a ello, Caicedo y Arroyo hicieron bastante daño a la selección brasileña sin que su equipo hiciera un gran partido y, de hecho, Ecuador consiguió meterle dos goles a Brasil.
Brasil tampoco hizo un gran partido. El marcador final fue de 4-2, pero se vieron más goles que fútbol. A la selección brasileña se le tiene que exigir más cosas, un mejor rendimiento, una mayor superioridad y una mayor velocidad en su juego. Sobre todo, esto último, además de intensidad en defensa y en la presión. Ecuador le puso en problemas en la primera mitad con muy poco, y eso es preocupante. El equipo es muy blando en defensa y deja tocar al equipo rival con demasiada comodidad, concediendo muchos espacios en el centro del campo. Eso, ante un equipo con talento en el último pase puede acabar pagándolo muy caro.
Uno de los problemas de Brasil es que le cuesta sacar el balón jugado y, como consecuencia, Ganso (también Neymar, Robinho y Pato) recibe pocos balones en condiciones. Esto es causado, en parte, por el mal rendimiento de Ramires y porque la función de Lucas Leiva es excelente a nivel defensivo y táctico, dando equilibrio al equipo, pero es demasiado lento con el balón en sus pies y siempre le sobran uno o dos toques. Eso provoca que Robinho, Ganso, Neymar y Pato aparezcan en contadas ocasiones para generar juego y den la sensación de intermitencia, de ir dejando pequeños detalles pero sin continuidad en el juego. Ante estas dificultades en la salida de balón de Brasil, ésta se realiza a través de los laterales. Y ayer, el protagonismo lo tomó Maicon.
Ante el toque excesivamente horizontal y poco acertado de los centrales brasileños y la poca capacidad de Ramires y Lucas Leiva de realizar pases que puedan superar líneas de presión, fue Maicon el que tomó mayor protagonismo con el balón. Maicon subió por la banda derecha con ímpetu y potencia ante una floja parcela defensiva de Ecuador. Era él el que subía la banda, buscaba a Robinho para combinar o tirar una pared para luego centrar. Así llegó el segundo gol de Neymar, por ejemplo. Fue un puñal por la banda derecha y aprovechó su oportunidad para sacar a Alves del equipo titular.
Hasta el momento no hemos visto la mejor versión de esta selección brasileña. Les hemos visto en apuros en una complicada fase de grupos, pero pueden dar mucho más de sí. Tienen jugadores para ello y la calidad de los cuatro cracks de la parcela ofensiva es la que tiene que aparecer de manera más continua a lo largo del partido. Brasil tiene un problema en la generación de juego que o bien se soluciona con un creador de juego, o bien con unos laterales muy activos en ataque o bien dándole un mayor ritmo a su juego, jugando con mayor intensidad. Y, de hecho, estas tres opciones no son incompatibles. Mano Menezes todavía no ha dado con la tecla exacta para sacarle el mayor rendimiento a su selección, que poco a poco va creciendo. Ayer ya empezaron a desequilibrar sus individualidades (cada vez más enchufadas), pero ahora falta un mejor funcionamiento del conjunto. Ayer vimos algunos indicios de mejora, aunque hay que ver si éstos siguen apareciendo. Pese a ello, ya están en cuartos de final y Paraguay volverá a ser su rival. Nada está fuera del alcance de estos chicos que rebosan talento. Veremos si contra Paraguay necesitan algo más que el talento que rebosan sus atacantes.
Brasil tampoco hizo un gran partido. El marcador final fue de 4-2, pero se vieron más goles que fútbol. A la selección brasileña se le tiene que exigir más cosas, un mejor rendimiento, una mayor superioridad y una mayor velocidad en su juego. Sobre todo, esto último, además de intensidad en defensa y en la presión. Ecuador le puso en problemas en la primera mitad con muy poco, y eso es preocupante. El equipo es muy blando en defensa y deja tocar al equipo rival con demasiada comodidad, concediendo muchos espacios en el centro del campo. Eso, ante un equipo con talento en el último pase puede acabar pagándolo muy caro.
Uno de los problemas de Brasil es que le cuesta sacar el balón jugado y, como consecuencia, Ganso (también Neymar, Robinho y Pato) recibe pocos balones en condiciones. Esto es causado, en parte, por el mal rendimiento de Ramires y porque la función de Lucas Leiva es excelente a nivel defensivo y táctico, dando equilibrio al equipo, pero es demasiado lento con el balón en sus pies y siempre le sobran uno o dos toques. Eso provoca que Robinho, Ganso, Neymar y Pato aparezcan en contadas ocasiones para generar juego y den la sensación de intermitencia, de ir dejando pequeños detalles pero sin continuidad en el juego. Ante estas dificultades en la salida de balón de Brasil, ésta se realiza a través de los laterales. Y ayer, el protagonismo lo tomó Maicon.
Ante el toque excesivamente horizontal y poco acertado de los centrales brasileños y la poca capacidad de Ramires y Lucas Leiva de realizar pases que puedan superar líneas de presión, fue Maicon el que tomó mayor protagonismo con el balón. Maicon subió por la banda derecha con ímpetu y potencia ante una floja parcela defensiva de Ecuador. Era él el que subía la banda, buscaba a Robinho para combinar o tirar una pared para luego centrar. Así llegó el segundo gol de Neymar, por ejemplo. Fue un puñal por la banda derecha y aprovechó su oportunidad para sacar a Alves del equipo titular.
Hasta el momento no hemos visto la mejor versión de esta selección brasileña. Les hemos visto en apuros en una complicada fase de grupos, pero pueden dar mucho más de sí. Tienen jugadores para ello y la calidad de los cuatro cracks de la parcela ofensiva es la que tiene que aparecer de manera más continua a lo largo del partido. Brasil tiene un problema en la generación de juego que o bien se soluciona con un creador de juego, o bien con unos laterales muy activos en ataque o bien dándole un mayor ritmo a su juego, jugando con mayor intensidad. Y, de hecho, estas tres opciones no son incompatibles. Mano Menezes todavía no ha dado con la tecla exacta para sacarle el mayor rendimiento a su selección, que poco a poco va creciendo. Ayer ya empezaron a desequilibrar sus individualidades (cada vez más enchufadas), pero ahora falta un mejor funcionamiento del conjunto. Ayer vimos algunos indicios de mejora, aunque hay que ver si éstos siguen apareciendo. Pese a ello, ya están en cuartos de final y Paraguay volverá a ser su rival. Nada está fuera del alcance de estos chicos que rebosan talento. Veremos si contra Paraguay necesitan algo más que el talento que rebosan sus atacantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario