El partido de ayer en Old Trafford resume lo que es el Manchester United esta temporada. Un equipo luchador, combativo, que busca ganar el partido. Cuando no llega con la calidad de sus jugadores, llega con sus infinitas ganas de ganar. Siempre son competitivos y, aunque puedan tener algunos tropiezos puntuales a lo largo de la temporada, sacan fuerzas de dónde no las hay cuando la situación es complicada. Ya lo hicieron hace poco en el campo del West Ham remontando un 2-0 en contra o contra el Bolton en un partido que parecía que no podían ganar. Sólo han perdido 4 partidos esta temporada (3 en Liga y uno en la Carling Cup), número que demuestra lo complicado que es batir a este equipo.
Ayer, contra el Chelsea, volvieron a demostrarlo. El partido fue bastante equilibrado en la primera mitad, con fases de dominio para ambos equipos. El Chelsea empezó bien, pero se fue diluyendo a lo largo que avanzaba el encuentro, a medida que el United se iba metiendo en él. El Chelsea salió con un 4-3-2-1, con Lampard y Anelka formando una línea de mediapuntas que intentaban conectar el centro del campo con Fernando Torres, además de intentar tapar la salida con balón de los dos mediocentros del Manchester United (ayer Carrick y Giggs). A Ancelotti no le salió demasiado bien la jugada: Anelka estaba muy retrasado siempre, siendo uno de los principales jugadores que intentaba crear juego y Lampard tenía tendencia a irse hacia arriba, posicionándose más adelante que Anelka. Malouda se incorporaba por la banda izquierda de vez en cuando, pero las bandas del Chelsea pertenecían a los laterales, que ayer fueron Ivanovic y Cole.
Además, Drogba no jugó de inicio en un partido en el que el Chelsea estaba obligado a ganar. Salió en el descanso por Torres, que se marchó señalado por un entrenador que todavía no sabe qué hacer para poderlos hacer jugar juntos.
Otro jugador del Manchester United que hizo una gran eliminatoria fue Ryan Giggs, ese jugador eterno. Ese jugador capaz de jugar de lateral izquierdo contra el West Ham y hacerlo igual de bien que cuando juega de mediocentro en partidos máxima exigencia. Ferguson está reconvirtiendo a este habilidoso extremo zurdo en un gran mediocentro. Pese a su edad (ya son 37 años), sigue rindiendo a un gran nivel. Ya no tiene esa velocidad que tenía antes, pero Ferguson está aprovechando su gran habilidad para el pase, su privilegiada visión de juego y su magnífica capacidad técnica para que juegue en la posición en la que puede aportar más al United: en el centro del campo. Y el rendimiento de Giggs le está dando la razón a Sir Alex Ferguson: las tres asistencias de los tres goles del Manchester United en esta eliminatoria salieron de las botas del jugador galés. Sin duda destacable.
Pero tampoco hay que olvidar a Wayne Rooney, que ayer hizo un partido magnífico. Jugó un poco más retrasado que el Chicharito Hernández y cuajó un gran partido. No marcó ningún gol, pero siempre se ofreció para jugar el balón con criterio, fuera para abrir el campo hacia las bandas o incluso para devolver el balón a los centrales y volver a empezar de nuevo la jugada. Estuvo presente en todos lados, bajó a buscar el balón, cayó varias veces a la banda para desequilibrar y creó peligro. No hizo un partido para la memoria por su espectacularidad, pero pocos jugadores tienen ese sacrificio ni son capaces de ejecutar ese trabajo que hace Rooney. Pongo algunas imágenes para que se aprecie ese papel que tuvo Rooney ayer.
Tomás, eres una puta máquina, cómo analizas los partidos. Las fotos, impresionantes.
ResponderEliminarSaludos desde La Escuadra de Mago
Por cierto, puedes meterte en mi blog que le tengo una entrevista exclusiva a Paco González.