domingo, 3 de abril de 2011

Dinero nocivo

Es enero y estás cerca de la zona alta de la tabla. A sólo 4 puntitos de la Champions. Entonces llega una oferta del Aston Villa por Darren Bent y crees que 21,5 millones de euros rebasan el valor real de tu delantero estrella, tu máximo goleador. Ingenuamente aceptas la oferta y confías que Asamoah Gyan, Welbeck y Frazier Campbell son una garantía suficiente para aguantar lo que queda de temporada. Ganas al Blackpool en el siguiente partido, ya sin tu estrella, que ese mismo día, aunque un par de horas más tarde, se estrena con su nuevo equipo. Ambos equipos parecen contentos. Uno estaba rozando el descenso y parece que empieza a remontar; el otro, sigue arriba y parece que no nota la ausencia de su goleador.

Después, cuando ya no piensas demasiado en la venta de tu goleador, te visita el Chelsea, con ganas de vengarse de una derrota que le hizo mucho daño un par de meses atrás. Te gana. Entra dentro de lo normal, aunque se aleja el cuarto puesto. Luego toca visitar al Stoke, que te acaba remontando con dos goles del central alemán Huth, ex del Chelsea, por cierto. Siguen avanzando los días y te visita otro equipo complicado: el Tottenham, que también te remonta un partido que ibas ganando. Llegan los siguientes cuatro partidos y miras los goles que has marcado: cero. Los rivales eran Everton, Arsenal, Liverpool y Manchester City. Pero no marcaste ningún gol. Entonces te acuerdas de ese delantero que vendiste hace dos meses y medio.

A su equipo no le van demasiado bien las cosas. Cuando él llegó, no estaba en zona de descenso porque había marcado algunos goles más que el Wigan, que tenía los mismos puntos. Ahora el descenso está a 2 puntos, que tampoco es demasiado. Ves los goles del que no hace mucho fue tu delantero. 5 goles en 9 partidos, además de un par de goles con la selección. No está nada mal. Piensas en lo bien que te habrían venido esos dos últimos goles que marcó contra el Everton este fin de semana, pues ya hace casi mes y medio desde el último gol que marcaste. Miras la clasificación y ves que desde que se marchó tu goleador sólo has sumado 4 puntos. Vale, tus rivales no eran fáciles, pero si quieres estar arriba, tienes que ganarles. El descenso, que antes estaba a 15 puntos, ahora está a sólo 6 y estás en una mala racha.

Ahora vienen los últimos partidos, el sprint final. Todos tus enfrentamientos son decisivos, no va a haber ningún punto fácil. Únicamente el Bolton y el Fulham están por encima tuyo en la clasificación, pero tampoco andan demasiado lejos. Todos los partidos son duelos directos, vitales para seguir en la Premier League. Tus objetivos han cambiado. De buscar un quinto puesto, con el cuarto en el rabillo del ojo, ahora buscas acabar de manera tranquila una temporada convulsa que no quieres que se convierta en una pesadilla.

Mientras buscas cómo solucionar tu situación das por casualidad con la situación de la Sampdoria. Muy similar. El Inter vino con 19 millones de euros bajo el brazo y se llevó a Pazzini, el delantero estrella tras la marcha de Cassano. El precio es bastante justo, aunque en Génova ven que Darren Bent se ha marchado por más dinero al Aston Villa siendo peor delantero. Cosas de los ingleses, pues el Liverpool pagó 41 millones de euros por Carroll. Pero bueno, la situación de la Sampdoria era un poco distinta. El equipo era noveno y se empezaba a abrir una brecha con el octavo, el Udinese, que ya estaba a 5 puntos. Así que lo que la Sampdoria debía hacer era no complicarse la vida para no meterse demasiado hacia abajo, cerca de un descenso que estaba a 8 puntos. Como que no había delanteros de garantías de reserva para sustituir a Pazzini, traen a Maccarone y Biabiany para acompañar a Macheda, que en un partido de Copa hizo una buena pareja con Pazzini. Una lástima que no duraran más juntos.

Los recambios no se parecen en nada. El Milan elimina a la Sampdoria en Copa y el Napoli golea en el primer partido de liga sin Pazzini. Una derrota en San Paolo podía entrar en los planes, pero no un 4-0. Justo ese día, mientras el Napoli apaliza a la Sampdoria, entra Pazzini en el descanso del partido del Inter contra el Palermo. Debuta Pazzini y revoluciona el partido marcando dos goles y provocando un penalti el día de su debut. Gana el Inter por 3-2 y entonces te imaginas a todos los aficionados de la Sampdoria preguntándose por qué vendieron a Pazzini, que se había convertido en el héroe del Inter el mismo día de su debut.

La Sampdoria sigue sin mejorar. Se queda otros dos partidos sin marcar y consigue respirar ganando al Bolonia por 3-1. Pero la victoria parece un espejismo. Los siguientes partidos siguen siendo tan pobres como los anteriores. 7 partidos, sólo dos goles, ambos en la derrota contra el Cesena en casa. Hoy la Sampdoria empató contra el Chievo, en este último partido en el que tampoco han marcado. Como aficionado del Sunderland no sabes si identificarte con la situación del equipo genovés. Vendieron al delantero estrella - con el permiso de Cassano, cuya baja ya arrastraron hasta la venta de Pazzini-, y más viendo que en los 11 partidos que ha jugado ha marcado 6 goles, unos números parecidos a los de Darren Bent. La Samp ha sumado 5 puntos, el Sunderland 4. Sin embargo, la Sampdoria está a sólo un par de puntos de la zona de descenso. Y sigue cayendo en picado.

Situaciones paralelas, aparentemente provocadas por la venta del goleador estrella en el mercado de invierno, a media temporada. Ambos equipos han recibido mucho dinero a cambio de sus delanteros estrella, pero los efectos de esta venta están siendo nocivos para ambos equipos. ¿Tanto puede afectar una venta en el mercado de traspasos de enero? Parece que sí.

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