martes, 25 de septiembre de 2012

Importación nipona

En los últimos tiempos el fútbol japonés se ha puesto de moda. Sea por la progresiva mejoría de los resultados de su selección (Mundiales de 2002 y 2010, ganadores de la Copa de Asia de 2011 y semifinalistas en los Juegos Olímpicos de Londres), porque su liga es cada vez más competitiva, por la buena impresión causada por equipos como Kashiwa Reysol en el Mundial de Clubes o porque algunos de sus futbolistas más destacados cada vez son más mediáticos y numerosos, dejando atrás a los Inamoto, Nakamura y Nakata. El ejemplo de Kagawa quizás sea el más claro ya que posteriormente influyó en que varios equipos alemanes también se fijaran en la J-League.

En cualquier caso, la importación de talento japonés no sólo se está produciendo en Alemania, Holanda (destacado el VVV Venlo en este aspecto) o Inglaterra, donde recientemente han llegado jugadores como Miyaichi, Tadanari Lee, Maya Yoshida o el propio Kagawa. Actualmente podemos encontrar futbolistas nipones en países exóticos para ellos como México, Nueva Zelanda, Moldavia, Polonia, Rumanía, Hungría o Ucrania, por poner unos cuantos ejemplos. Y lo más llamativo de todo esto es que los futbolistas que llegan a estos países suelen ser bastante jóvenes, quizás buscando un cambio de aires o una nueva oportunidad en el extranjero para mejorar, en parte porque no son capaces de rendir en un equipo de su país como se espera de ellos.

Pero más allá de todos los ejemplos mencionados, hay una situación aún más llamativa que se da en Letonia, donde recientemente muchos futbolistas japoneses han llegado para jugar en una de las peores ligas de Europa. De hecho, algunos de los futbolistas que se encuentran en otras ligas europeas llegaron al viejo continente tras aterrizar primero en tierras letonas. Actualmente juegan allí cinco futbolistas de dicho país, más que en la Premier League, y tres de ellos lo hacen en un mismo equipo, el FB Gulbene. De hecho, este equipo empezó con seis futbolistas japoneses la temporada, pero perdió a tres en el mercado de verano. Dos de ellos, Irie y Tsuchiya, se marcharon a Polonia mientras su máximo goleador, Yosuke Saito, se marchó al todopoderoso Ventspils. El otro futbolista japonés que está jugando en Letonia es Minori Sato, que como Yuto Ono se marchó jovencísimo a México, aunque acabó aterrizando poco después en Europa para destaparse como goleador en el FB Gulbene, donde anotó 10 goles en 7 partidos. Tras pasar sin demasiado éxito por el Ventspils, ahora juega en el Skonto de Riga.

A pesar de no jugar ahora en el mismo club, Minori Sato no deja de ser otro japonés que aterrizó en el fútbol europeo gracias al FB Gulbene. ¿Por qué tantos jugadores de ese país llegan a este equipo?  En Estonia está el caso del Nomme Kalju, que también atrae a futbolistas de esta nacionalidad, pero no a tal cantidad. Entonces, ¿qué tiene de especial el FB Gulbene?

El equipo fue fundado en 2005 y desde entonces no ha parado de crecer. Poco a poco fue ascendiendo hasta llegar a la primera división (Virsliga) en 2011. Entonces, para competir al máximo nivel en Letonia, el presidente Romans Lajuks decidió fijarse en el fútbol japonés, quizás influenciado por el impacto de Kagawa en la Bundesliga o el triunfo de Japón en la Copa de Asia. A partir de entonces empezaron a llegar varios futbolistas nipones, empezando por Masaki Hemmi, actualmente jugando en Estados Unidos, o Hideaki Takeda.

Poco a poco se fue consolidando un sistema que decidió ir un poco más lejos y empezar a importar futbolistas que aún no hubiesen debutado en Japón, trayendo a futbolistas jóvenes que despuntaran en las universidades del país o que estuviesen interesados en dar el salto al fútbol europeo. Así llegaron varias incorporaciones como las del coreano Seung Ki-Yoo, que estaba jugando en Japón entonces, Tsuchiya o el jovencísimo Shota Yanagi, nacido en 1993.

Así funciona el FB Gulbene, un equipo que representa una ciudad de menos de 10.000 habitantes y cuyos futbolistas japoneses son la base para luchar por la permanencia. Los máximos goleadores del equipo esta temporada son Sato y Takeda, ambos japoneses, pero el equipo está sufriendo para mantenerse en la Virsliga. A falta de 7 jornadas para el final, hay cuatro equipos separados dos puntos que están intentando escapar de las dos últimos puestos de la clasificación, tanto del de descenso directo como del de promoción. Quizás sus jugadores no serán tan mediáticos como Kagawa o Keisuke Honda ni jueguen jamás en la selección, pero esto no deja de ser un ejemplo más de lo cotizados que están los jugadores japoneses en el mercado y de que poco a poco van llegando a una mayor cantidad de ligas y a lugares remotos y desconocidos  como Gulbene.

1 comentario:

  1. muy pero muy intersante toda esta historia que en esta ocación contaste y tu blog me parece muy educativo desde la perspectiva histórica

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