sábado, 12 de marzo de 2011

Una situación delicada

El Arsenal ha perdido cualquier oportunidad de ganar 3 títulos (Champions League, FA Cup y Carling Cup) en las dos últimas semanas. Han salido muy debilitados tras un par de semanas llenas de partidos complicados y ahora parece que todo el mundo duda de la capacidad de este equipo de ganar títulos. Pero comparado con otros equipos, esta situación parece la de un equipo afortunado que puede permitirse estar en la lucha por los títulos. Sobre todo si lo comparamos con el Werder Bremen, que también llegó a jugar la fase de grupos de esta edición de la Champions League, aunque ya nos suene algo lejano.

En agosto, el Werder Bremen se clasificó para la fase de grupos de la Champions League tras llevarse una espectacular eliminatoria contra la Sampdoria. Ganó el partido de ida por 3-1 y el partido de vuelta se puso cuesta arriba muy pronto con dos goles de Pazzini. Luego Cassano marcó el tercero, pero apareció Rosenborg y forzó la prórroga, en la que el Werder Bremen fue superior y se llevó la eliminatoria tras conseguir un buen gol. Entonces parecía que las cosas le iban muy bien al Werder Bremen. Pese a haber perdido el sábado anterior al partido de Génova por 4-1 en el campo del Hoffenheim - que empezó realmente bien la temporada 2010/11-, el inicio de temporada no fue malo. Pero tampoco fue bueno, ya que estuvo marcado por la irregularidad, ya que el Werder Bremen no conseguía ganar dos partidos de forma consecutiva. Y tampoco lo consiguió en los posteriores meses de competición. De hecho, no lo consigue desde que ganó al Rot Weiss Ahlen en Copa y a la Sampdoria en casa en agosto.

Esta irregularidad ha marcado al Werder Bremen desde el inicio de esta temporada. Pero esta irregularidad se transformó en mala racha (demasiado larga) cuando encadenó 7 partidos consecutivos sin ganar (4 derrotas, 1 empate contra el Eintracht y otras 3 derrotas). Entre el 26 de octubre, cuando fue eliminado por el Bayern en la Copa alemana, y el 24 de noviembre, derrota por 3-0 en White Hart Lane, el Werder Bremen se hundió. Además, salieron los primeros rumores de que el puesto de Thomas Schaaf peligraba, sobre todo tras una derrota por 6-0 ante un Stuttgart que entonces estaba incluso peor que el Werder Bremen. Todo iba mal en Bremen y pintaba peor.

Después, cuando el Werder Bremen encadenó tres partidos seguidos sin perder (victoria ante el Sant Pauli, empate en Wolfsburgo y victoria por 3-0 ante el Inter), parecía que la situación reflotaría y mejoraría. Pero no fue así. El Werder Bremen volvió a entrar en una mala racha. Incluso jugó tres amistosos y hubo un parón en invierno. Pero el Werder Bremen no ganaba. El equipo era inseguro en defensa, recibía muchos, demasiados goles y varias veces en los primeros minutos del encuentro. Y marcaba pocos goles, le costaba ver portería y generar juego. Apareció el joven Trinks, pero tampoco mejoraba mucho la cosa. Por muy buenos jugadores que tenga el Werder Bremen (Marin, Arnautovic, Pizarro, Avdic, Hunt o Mertesacker), la situación no mejoraba y, además, el equipo se iba acercando cada vez más a la zona baja de la tabla.
Y la situación tampoco tiene pinta de mejorar. En los últimos 6 partidos, el Werder Bremen ha ganado 1, ha empatado 4 y ha perdido 1. No son unos números horribles y en uno de los empates, contra el Bayer Leverkusen, el equipo remontó un 0-2 en contra en menos de 10 minutos. Pero el equipo no gana. No encadena dos victorias consecutivas desde agosto y va a victoria por mes de competición.

Además, cuando pasan cosas como las de hoy contra el Borussia Monchengladbach, se ven los errores y los problemas del Werder Bremen. El equipo no ha jugado mal, ha creado muchas ocasiones y ha sido superior a su rival. Pero cuando le atacan, el Werder Bremen se convierte en un conjunto muy vulnerable. La defensa del equipo de Thomas Schaaf tiembla cuando ve que un rival se acerca a su portería con el balón en sus pies. Comete faltas innecesarias, errores infantiles y defiende con pánico. Entrar en el área es tan fácil como cortar mantequilla. Apenas hay dificultades. Una cosa es que el Werder Bremen fuera un equipo que, por ser ofensivo, dejaba su espalda al desnudo y otra es que cuando el rival tiene la posesión entre de cualquier modo, y con gran facilidad, entre tus defensores.
Porque eso ha pasado hoy. Cuando el Borussia Monchengladbach ha atacado, la defensa del Werder Bremen ha sufrido mucho, demasiado. Y tras hacer una buena mitad y encarar la recta final con un solo gol de ventaja, el pánico se ha apoderado del equipo y Dante empató el partido en una jugada a balón parado en el tiempo añadido.

Realmente, ahora no tengo las mismas sensaciones que tenía en agosto cuando veo al Werder Bremen. La situación es delicada y preocupante. Si el equipo no vigila, se puede meter fácilmente en posiciones de promoción o incluso en las de descenso. Sinceramente, este equipo no se parece en nada al que quedó tercero la pasada temporada. Los jugadores son casi los mismos, la situación actual no es culpa de la marcha de Özil, pero parece que algo malo pasa en Bremen. Por mucho que los directivos del club hayan reiterado su confianza en el entrenador, dudo que Thomas Schaaf siga al mando del equipo la temporada que viene. Sólo espero que la situación del Werder Bremen mejore. Todavía recuerdo esas tardes de sábado de hace algunos años en las que veía los resúmenes de la Bundesliga, las maravillosas jugadas de Diego y los abultados marcadores del Werder Bremen. Espero que pronto el Werder Bremen vuelva a la normalidad y que la temporada que viene sea mucho mejor. Pero primero, hay que aguantar lo que queda de ésta.

1 comentario:

  1. La juventud del equipo y la apuesta de Wenger es siempre arriesgada, hay años que sale bien y parece que este no ha tenido suerte, el golpe de Champions ha sido tambien importante y lo van a notar.

    Un saludo
    www.tocaladecara.blogspot.com

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