Tras un mes parado, el blog vuelve a la normalidad. Este verano ha sido movidito y con el retorno del blog espero hablar de varios temas. Entre ellos el XI Torneig Manel Forné Pons, edición de un torneo juvenil con el que empecé el blog hace poco más de un año. También escribiré sobre los grupos de la Champions. Pero hoy toca hablar del Werder Bremen, de Diego, de Özil, de Marin, de Arnautovic, y, sobretodo de Thomas Schaaf.
En el partido del Werder Bremen en Génova, ante la Sampdoria, destacaron por encima de los demás 3 jugadores: Pazzini, Marko Marin y Marko Arnautovic. Ya hablé en su día sobre Pazzini, que marcó dos buenos goles que pusieron muy cuesta arriba la eliminatoria para el Werder Bremen demasiado pronto. Luego Cassano también marcó otro gol, un golazo, que fue celebrado como si fuera la sentencia de la eliminatoria. Pero entonces la Sampdoria se olvidó de que un gol del Bremen forzaría la prórroga. Y ese gol llegó en el descuento.
Pero ese gol no hubiera llegado si no hubiera sido por los dos cracks del equipo, Marko Marin y Marko Arnautovic. El primero fue titular y el segundo salió en el minuto 63 y se puso a jugar en la mediapunta del equipo de Schaaf. Y la jugada le salió muy bien al Werder Bremen, que mejoró muchísimo. Los dos Markos se entendían a la perfección y creaban casi siempre peligro. Pese al gol de Cassano, el Werder Bremen nunca se rindió.
Con el 3-0, el Bremen atacó y mereció el gol, aunque fuera tan tarde. Y forzó la prórroga, en la que destacó, por encima de todos, Marko Marin. Primero, tras driblar a un jugador de la Sampdoria, envió un balón al larguero. Luego, una de sus jugadas individuales propició el gol decisivo de Pizarro. Nadie echó de menos a Özil. Casi nadie echa de menos ahora a Diego Ribas. El Werder Bremen es un equipo que tras perder dos piezas importantes en los dos últimos años, sigue jugando de una forma bastante parecida.
Y una enorme parte de los recientes méritos del Werder Bremen son responsabilidad de Thomas Schaaf. Thomas sólo ha tenido relación con un club de fútbol en toda su vida, el Werder Bremen. Allí jugó 281 partidos y marcó 14 goles. Y tras retirarse pasó a enseñar y a entrenar a los juveniles del Werder Bremen. Luego le llegó la oportunidad de entrenar al primer equipo, y no la desaprovechó. Y es que ya lleva 11 años en el puesto.
Schaaf fue un defensa importante para el Werder Bremen, sobretodo por la cantidad de partidos que jugó y por sus 17 temporadas allí. Y pese a ser un defensa, quizás tosco en su tiempo, su equipo se caracteriza siempre por un juego ofensivo y vistoso, a veces hasta anárquico, que hace disfrutar al entrenador. Y siempre ha sacado un buen rendimiento al equipo con el que ha ganado 1 Liga, 3 Copas y 1 Copa de la Liga. Además llegó a una final de la UEFA, pero no supo jugar sin Diego ese partido. Su equipo lo pagó y acabó perdiendo la final, pero pese a ello, siempre ha ido sacando al equipo adelante, con temporadas mejores y temporadas peores, y la directiva siempre ha confiado en él. Es un emblema del Werder Bremen y no será fácil que deje el club. Y cuando lo haga, será una gran pérdida para el Werder Bremen, pero también sería difícil triunfar en otro equipo para Schaaf . Juntos forman una simbiosis perfecta.
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