jueves, 19 de abril de 2012

Supervivencia

Ante situaciones adversas, suelen existir dos actitudes opuestas. La primera es bajar los brazos y darse por vencido, rendirse antes de tiempo dando la causa por perdida. La segunda consiste en reaccionar, intentar dar el máximo y luchar hasta el final para revertir la situación, sacar fuerzas de lo negativo para transformarlo en positivo. Si no se consigue revertir, como mínimo quedará la sensación de que se dio todo. Con sus términos medios correspondientes, éstas son dos actitudes vitales opuestas pero representativas ante una misma situación.

Hay varios clubes que se han convertido, en su historia más reciente, en verdaderos luchadores cuando se encuentran en circunstancias verdaderamente críticas. Se puede reflexionar sobre cómo se ha llegado a dicha situación e intentar arreglarlo, pero una vez metido en el pozo y prácticamente hundido, salir de ahí es lo prioritario. Ya habrá tiempo para analizar las causas más adelante. Entre esos clubes que se están especializando en la supervivencia extrema se puede incluir el equipo al que tenía que ir dirigido este post, el Wigan de Roberto Martínez.

Los doce puntos que ha conseguido el Wigan en las últimas cinco jornadas de liga eran un motivo de peso, especialmente por la dificultad de sus rivales y la buena imagen mostrada. Pero el fútbol es un deporte que no para de ofrecernos novedades estimulantes. Por esta razón, hay un equipo que también sobresale en el arte de la supervivencia y que ha hecho algo meritorio para merecerse unas líneas.

Porque el partido de ayer del Chelsea en Stamford Bridge tuvo mucho mérito. Se puede apelar a la fortuna, pero su actuación tuvo muchísimo mérito. Cuando más lejos parecía estar el FC Barcelona, cuando más difícil les parecía conseguir ganar un partido (y una eliminatoria) ante el vigente campeón de Europa, lo consiguieron. Lo hicieron mediante el esfuerzo y la épica, el desgaste y el sufrimiento. Y, aunque resulte paradójico, es probable que el Chelsea consiguiera ganar al FC Barcelona el día en el que los culés realizaron una de sus mejores actuaciones fuera de casa, tras una primera mitad sensacional.

Aún quedan 90 minutos, si no hay prórroga, muy estimulantes. Y largos. Pero este Chelsea, por poco que convenza, es un equipo de leyenda de la Champions League, pese a no haber ganado nunca dicha competición. La magia del torneo le debía una al equipo blue. Y, aunque el reto todavía es difícil, el Chelsea vuelve a estar cerca de la final. Aunque, ante esta situación y el mal resultado cosechado, no creo que el FC Barcelona de Pep Guardiola sea uno de esos equipos que baje los brazos fácilmente...

1 comentario:

  1. concuerdo con tus pensamientos acerca de los equipos luchadores y los que no luchan tanto, el Wigan es un gran ejemplo de un equipo luchador a pesar de sus escasos recursos

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