El efecto Kagawa

El fútbol japonés lleva varios años desarrollándose. Esto es una evidencia y más viendo que la selección japonesa se ha clasificado en los últimos 4 Mundiales. Comparando el Mundial de 2010 con el de 1998 podemos apreciar una gran mejora: en su primer Mundial no sumaron ningún punto (incluso perdieron ante Jamaica) y en el último llegaron a octavos de final y sólo los lanzamientos de penalti(ante Paraguay) consiguieron alejar al equipo nipón de los cuartos de final.

Esta evolución del fútbol japonés no sólo se puede observar mirando la trayectoria (ascendente) de Japón en los Mundiales, sino que también observando su trayectoria en la Copa de Asia. Japón no se clasificó para ninguna de 8 primeras ediciones de la Copa de Asia (1956-1984). En 1988 se clasificó para su primera Copa de Asia y luego en 1992 fueron anfitriones y consiguieron ganar la competición por primera vez en su historia. Desde entonces se han disputado 4 Copas de Asia y Japón ha ganado dos más, la mitad de copas desde que ganó su primera. La evolución (y transformación) del fútbol asiático en los últimos años también es destacable, porque las selecciones orientales son cada vez más potentes (Corea del Sur no gana una Copa de Asia desde que fue anfitriona en 1960), y lo están demostrando en los Mundiales, sobre todo tras el Mundial de Corea y Japón (escándalos arbitrales aparte).
Tradicionalmente, las selecciones de Oriente Medio siempre han dominado la Copa Asia (Arabia Saudita e Irán ha ganado 3 veces la competición, tantas como Japón). Antes estas selecciones dominaban estos torneos y sólo Corea del Sur y China participaban intermitentemente en algunas ediciones. Desde los años 80 que la Copa de Asia se está igualando y ha habido bastante diversidad en todas las ediciones más recientes (se reparten casi todas las "medallas" entre Arabia Saudita, Irán, Corea del Sur, Japón y China). Ahora Corea del Sur y Japón están emergiendo con un fútbol muy característico, de toque, con jugadores muy buenos técnicamente aunque con ausencia de gol. Australia, la otra gran potencia del continente, es una selección potente y un caso aparte, ya que su fútbol es totalmente distinto, mucho más físico.

Pero vuelvo a la selección de Japón. Su evolución es evidente. Y, además, cada vez más jugadores nipones dan el salto a equipos europeos, que se interesan por este tipo de jugadores muy bien dotados técnicamente. Si miramos las plantillas que llevó Japón a los Mundiales en 1998, 2002, 2006 y 2010, veremos la evolución del fútbol japonés. En 1998, los 23 jugadores de Japón jugaban en la liga local, en la J-League. Después, en 2002, 4 de ellos ya habían dado el salto a Europa. Eran Kawaguchi (Portsmouth), Inamoto (Arsenal), Ono (Feyenoord) y Nakata (Parma). En 2006, este número aumentó. Ya eran 6 jugadores que jugaban en Europa: Nakamura (Celtic), Nakata (Basel), Nakata (Fiorentina), Inamoto (West Bromwich), Oguro (Grenoble) y Takahara (Hamburg).
Pero, si miramos la convocatoria de 2010, sólo 4 jugadores jugaban en Europa. Eran Honda (CSKA Moscú), Hasebe (Wolfsburgo), Morimoto (Catania) y Matsui (Grenoble). Aunque Uchida ya estaba atado por el Schalke antes del Mundial y luego jugadores como Kagawuchi, Inamoto o Nakamura acababan de volver a Japón tras pasar por Europa. Hay que destacar que, después del Mundial, Kisho Yano fichó por el Freiburg alemán, Kawashima por el Lierse belga y Yuki Abe por el Leicester City inglés, todos ellos mundialistas con Japón. El VVV Venlo, equipo holandés en el que destacó Keisuke Honda, fichó también en verano a un jugador japonés desconocido para el gran público europeo: Yoshida y el Cesena consiguió la cesión de Yuto Nagatomo, que entonces no fueron al Mundial pero que sí disputaran la Copa de Asia. Y, cómo no, hay que destacar la aparición de Kagawa en el panorama europeo, una de esas apariciones, como las de Ilicic y Bacinovic, que nos hacen pensar qué hubiera sido Japón con este jugador en el Mundial.

En estos 6 últimos meses Kagawa se ha mostrado como el gran jugador revelación en el Dormund y en Europa (llegó por 350.000€ del Cerezo Osaka japonés). Pero lo más sorprendente, tras el descubrimiento de Kagawa, es ver que hace muy poco 3 equipos de la Bundesliga (Colonia, Stuttgart y Bayer Leverkusen) también han decidido invertir en el mercado japonés, igual que hicieron Borrusia Dormund y Schalke antes del Mundial, apostando por jugadores japoneses semidescoocidos. El Colonia ha fichado al defensa Makino, el Stuttgart al delantero Okazaki y el Leverkusen a Hosogai, que jugará cedido en el Augsburg hasta final de temporada. Estos tres jugadores estarán en la Copa de Asia con Japón.
Hace pocos días también se conoció el fichaje de Akihiro Ienaga, también de Cerezo Osaka, por el Mallorca o el del juvenil japonés Ryo Miyaichi por el Arsenal. Esta última tendencia es lo que podríamos catalogar como El efecto Kagawa, ya que muchos equipos, siguiendo el ejemplo del Dormund, buscan fichar a jugadores japoneses que no tienen mucho cartel en Europa buscando que den un buen rendimiento.

Tras el Mundial de Sudáfrica cada vez más jugadores japoneses están dando el salto a Europa y el fútbol de este país se está poniendo muy de moda. De momento, estos jugadores asiáticos no están decepcionando y este gran éxodo de futbolistas japoneses hará que la selección japonesa también crezca a corto, medio e incluso a largo plazo. Y el 7 de enero lo empezaremos a ver en la Copa de Asia. El seleccionador no es el mismo que en el Mundial, y la convocatoria también es bastante distinta, pero Japón sigue siendo candidato al título. Aunque en la Copa de Asia nunca se puede descartar a nadie