El pasado sábado, en el Wigan-Bolton que acabó en empate a uno, el Wigan sufrió bastante en la primera mitad. Fue mejor que su rival, que jugó demasiado sucio durante los primeros 45 minutos. En esos primeros 45 minutos el Wigan recibió 11 faltas. Es un número bastante elevado, pero el problema no era la cantidad, sino la dureza de esas faltas. Porque en una de esas entradas, se lesionó James McCarthy, pieza clave del Wigan, sobretodo, en la fase de creación de juego por su simple, preciso y rápido toque, siempre con motivo.
A la media hora de partido, McCarthy cayó lesionado tras una dura entrada de Fabrice Muamba. No iba con mala intención, pero el juego duro del Bolton acabó provocando la lesión del centrocampista irlandés. El partido acabó en empate a 1 y la baja de McCarthy se notó en la segunda parte, pero ese día estaba Jordi Gómez como mediapunta para encargarse de construir el juego ofensivo del Wigan. Pero una semana después, nos dimos cuenta de la importancia de ambos jugadores en el equipo de Roberto Martínez.
Hoy, en el partido que enfrentaba al Wigan contra el Fulham, no estaba McCarthy, que será baja las próximas 9 semanas. Pero lo que más me sorprendió fue ver que Jordi Gómez tampoco iba a ser titular, en este caso para que jugara Tom Cleverley, un buen jugador aunque no de las mismas características.
Y el Wigan no creó fútbol. No creó peligro, apenas tuvo el balón y perdió merecidamente por 2-0 ante un Fulham superior. Un Fulham que demostró sus virtudes y presionó mucho al Wigan en los primeros minutos del partido. Ahí se notó que Diamé y Thomas no son futbolistas que crean juego, sino que son jugadores que le vienen bien al Wigan para destruir juego, para añadir músculo y consistencia al centro del campo. Pero no conectan la defensa con los mediapuntas. Ni con los delanteros. Sólo Stam y Figueroa parecían capacitados para sacar el balón jugado, pero así, sólo con los laterales, es muy difícil superar las dos líneas de presión que tenía el Fulham.
En la segunda mitad entró Jordi Gómez. Pero Roberto Martínez lo situó en la banda derecha, en un sitio en el que no suele jugar. Y se notó. El Wigan apenas mejoró y Diamé y Thomas seguían siendo los encargados de conectar con Jordi Gómez, pero la presión del Fulham anulaba a los dos mediocentros. Jordi Gómez estaba apartado del juego ofensivo, aislado en una banda y buscaba acercarse al centro del campo para intervenir y contactar con el balón.
Posteriormente, con el paso de Jordi Gómez a la mediapunta, al centro, el Wigan mejoró un poco. Y cuando Moses entró por Diamé se notó algo distino. El Wigan no jugó bien, pero mejoró. Jordi Gómez era el que iniciaba las jugadas, tocaba hacia atrás y luego hacia el lado opuesto, movía el balón. Moses, N'Zogbia y Cleverley lo intentaban con buenas conducciones, aunque algo largas, y Rodallega continuaba desaparecido. Pero el Wigan movía el balón con Jordi Gómez. Espero que Roberto Martínez se haya dado cuenta.
Roberto Martínez apuesta por un fútbol de toque para este Wigan. Tiene a buenos jugadores, que pueden jugar de varios modos distintos, que dominan registros distintos. Pero para jugar bien, para mover el balón, para sufrir menos - teniendo en cuenta que la defensa es el punto débil de este equipo al que le cuesta mucho defender sin balón-, el equipo necesita la posesión de balón. Y para ello necesita a McCarthy y a Jordi Gómez. Necesita a los dos jugadores con mayor criterio en el movimiento de balón o, al menos, que uno de los dos esté en el campo. Luego N'Zogbia, Cleverley, Rodallega y Moses podrán combinar con ellos y crear peligro. Así Di Santo y Boselli podrán rematar y marcar goles. Pero lo primero que necesita el Wigan está claro: necesitan el balón.
A la media hora de partido, McCarthy cayó lesionado tras una dura entrada de Fabrice Muamba. No iba con mala intención, pero el juego duro del Bolton acabó provocando la lesión del centrocampista irlandés. El partido acabó en empate a 1 y la baja de McCarthy se notó en la segunda parte, pero ese día estaba Jordi Gómez como mediapunta para encargarse de construir el juego ofensivo del Wigan. Pero una semana después, nos dimos cuenta de la importancia de ambos jugadores en el equipo de Roberto Martínez.
Hoy, en el partido que enfrentaba al Wigan contra el Fulham, no estaba McCarthy, que será baja las próximas 9 semanas. Pero lo que más me sorprendió fue ver que Jordi Gómez tampoco iba a ser titular, en este caso para que jugara Tom Cleverley, un buen jugador aunque no de las mismas características.
Y el Wigan no creó fútbol. No creó peligro, apenas tuvo el balón y perdió merecidamente por 2-0 ante un Fulham superior. Un Fulham que demostró sus virtudes y presionó mucho al Wigan en los primeros minutos del partido. Ahí se notó que Diamé y Thomas no son futbolistas que crean juego, sino que son jugadores que le vienen bien al Wigan para destruir juego, para añadir músculo y consistencia al centro del campo. Pero no conectan la defensa con los mediapuntas. Ni con los delanteros. Sólo Stam y Figueroa parecían capacitados para sacar el balón jugado, pero así, sólo con los laterales, es muy difícil superar las dos líneas de presión que tenía el Fulham.
En la segunda mitad entró Jordi Gómez. Pero Roberto Martínez lo situó en la banda derecha, en un sitio en el que no suele jugar. Y se notó. El Wigan apenas mejoró y Diamé y Thomas seguían siendo los encargados de conectar con Jordi Gómez, pero la presión del Fulham anulaba a los dos mediocentros. Jordi Gómez estaba apartado del juego ofensivo, aislado en una banda y buscaba acercarse al centro del campo para intervenir y contactar con el balón.
Posteriormente, con el paso de Jordi Gómez a la mediapunta, al centro, el Wigan mejoró un poco. Y cuando Moses entró por Diamé se notó algo distino. El Wigan no jugó bien, pero mejoró. Jordi Gómez era el que iniciaba las jugadas, tocaba hacia atrás y luego hacia el lado opuesto, movía el balón. Moses, N'Zogbia y Cleverley lo intentaban con buenas conducciones, aunque algo largas, y Rodallega continuaba desaparecido. Pero el Wigan movía el balón con Jordi Gómez. Espero que Roberto Martínez se haya dado cuenta.
Roberto Martínez apuesta por un fútbol de toque para este Wigan. Tiene a buenos jugadores, que pueden jugar de varios modos distintos, que dominan registros distintos. Pero para jugar bien, para mover el balón, para sufrir menos - teniendo en cuenta que la defensa es el punto débil de este equipo al que le cuesta mucho defender sin balón-, el equipo necesita la posesión de balón. Y para ello necesita a McCarthy y a Jordi Gómez. Necesita a los dos jugadores con mayor criterio en el movimiento de balón o, al menos, que uno de los dos esté en el campo. Luego N'Zogbia, Cleverley, Rodallega y Moses podrán combinar con ellos y crear peligro. Así Di Santo y Boselli podrán rematar y marcar goles. Pero lo primero que necesita el Wigan está claro: necesitan el balón.
El Wigan es un equipo flojo.
ResponderEliminarDemasiado está consiguiendo Roberto Martinez con lo que dispone.
Efectivamente, sin balón no es nadie, pero una vez con él, algo puede hacer, pero con los rivales tan duros que hay y con la intensidad que se juega, enseguida se viene abajo. Mucho hay que trabajar con él, pero donde no hay madera...
Tiene que pelear en una liga particular para poder sacar la cabeza. Se ahogará allá por primavera???
Que me pueden decir de Tom Cleverle como hincha del united, he escuchado cosas muy buenas de el, que podria ser un jugador estilo park o james milner, que me podrian decir de el
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