domingo, 10 de febrero de 2013

Una jornada en Breda

Hierbij ontvangt u de door u via Internet bestelde kaart(en) voor de wedstrijd NAC Breda - PEC Zwolle. Wij wensen u alvast een prettige wedstrijd!

Breda es una ciudad muy simpática. Sus casi 180.000 habitantes ya estaban celebrando el Carnaval el pasado sábado y, entre otras cosas, se veían personas disfrazadas entre las viejas casas del centro histórico, con guías turísticos vestidos con llamativos trajes que combinaban el naranja y el rojo representativos de la ciudad, junto a banderas de los mismos colores. Aun así, en la ciudad también se veía escondida alguna bufanda blanquiazul entre la ropa de abrigo. Además, como turistas, se agradecían detalles como la entrada gratuita a la Grote Kerk, sólo en estas fechas, que suponía un buen modo para hacer tiempo para el partido que se disputaba unas horas más tarde. Tamaño mediano, bastante población pero suficiente como para no resultar agobiante, negocios de distintos tipos, lugares para comer... en definitiva, un buen sitio para pasar un día entero. Poco importaba que fuera la segunda opción y que unas horas más tarde el Feijenoord visitara Tilburg, situada a pocos kilómetros de allí.

Sólo con su recepción Breda ya nos hizo olvidar lo que no íbamos a ver, ya no pensábamos en Clasie, Trindade de Vilhena o Graziano Pellè, sino en ver si el PEC Zwolle podía jugar a un nivel similar al de su visita a Eindhoven o observar con curiosidad al NAC para ver de qué armas disponía. Breda enamora con su primer contacto, prácticamente al bajar de la estación. Más allá de su enorme aparcamiento de bicicletas, algo común en los Países Bajos, hay imágenes que no dejan a uno indiferente. Avanzar entre las primeras calles de la ciudad y encontrarse con una "A" gigante como la de la foto inferior le saca la sonrisa a cualquiera. Lástima que no nos topáramos con una "B" cerca del NAC Stadion, llamado oficialmente Rat Verlegh en honor al mejor jugador de la historia del club, uno de los miembros del equipo campeón en 1921.

Una "A" a modo de Google Maps nos recibía nada más entrar en Breda
Tras el paseo de rigor por las calles más céntricas y con la mente puesta durante un rato en una ciudad cuyo nombre pudiese haber adoptado un club de un país bastante lejano, se iba acercando la hora del partido. Una de las incógnitas era ver si el estadio estaría repleto de aficionados disfrazados del mismo modo que los bredase que paseaban por la ciudad durante la tarde. Eso no ocurrió, ya que sustituyeron las bufandas de carnaval por las amarillas de su equipo. Algunos aficionados también hacían cola en la tienda oficial del club cerca de una hora antes del partido para comprar la suya junto a un par de extranjeros que querían otra de recuerdo, protección contra el frío y camuflaje en la grada. La cola, dentro de un local pequeño, organizado de manera muy poco eficiente y totalmente desbordado, con sólo una caja registradora, hizo que llegásemos a nuestras posiciones con el partido ya empezado, aunque sólo fueran dos minutos de retraso, y sin conocer las alineaciones. Aunque lo que más lamentamos fue perdernos el momento en que se lanzaron las tiras de papel amarillo, de un modo similar a la de los campos argentinos. También nos sorprendió la grada elevada y el bar que había debajo, con un par de pantallas que emitían el partido para que nadie se perdiera ningún detalle durante su transcurso si bajaba a comprar algo, principalmente patatas, un bocata o alguna cerveza.

Y el partido fue un buen reflejo de lo que es la Eredivisie, aunque la primera parte no fue especialmente vistosa por las limitaciones técnicas de ambos equipos. Además, Danny Verbeek, uno de los jugadores a los que más me apetecía ver, se lesionó en uno de los primeros lances del juego. Dominó el PEC Zwolle con un fútbol algo rígido, pero prudente. Toque corto y sin demasiado riesgo para ir metiendo al equipo local en su campo e ir ganando confianza. El NAC intentaba salir a la contra, pero le costaba horrores recuperar el balón y enlazar tres o cuatro pases seguidos. Los centrocampistas no se podían asociar y los delanteros estaban muy lejos, aunque en algunos tramos conseguían responder al dominio de los visitantes. El 4-3-3 local era contrarrestado por un Zwolle en el que Pluim, delantero centro ante el PSV, jugó en la posición más retrasada del centro del campo, ejerciendo de ancla para que Drost pudiese soltarse en ataque. Benson estuvo bastante bien partiendo desde la media punta y Avdic jugó una gran primera mitad, apoyando el juego de su equipo con notables toques de espaldas a la portería contraria. En los primeros 45 minutos siempre se impuso al defensor que le perseguía.

El Zwolle fue superior en la primera mitad, pero una jugada lo cambió todo poco antes del descanso. Pérdida ridícula del portero ante la presión de Lurling y el disparo del jugador del NAC es detenido por el brazo de Broerse, que fue expulsado. Penalti y 1-0. Empezaba el espectáculo de Lurling y el festejo del graderío del NAC Stadion.

Primera jugada de la segunda parte, saca el NAC Breda y a los 35 segundos marca el 2-0. Vaselina de calidad del veterano Lurling que parece que se va fuera pero que acaba golpeando en el larguero. El balón le cae a Nemanja Gudelj, que lo empuja para anotar el segundo. No hay que investigar demasiado para saber que Nemanja es uno de los favoritos de la afición. Su foto estaba enmarcada y puesta a la venta en la tienda oficial del club y los aplausos y cánticos de la afición parecen ser algo habitual para él. Si no hiciera tanto frío incluso apostaría a que su camiseta es una de las más populares. Además, él es canterano del club y su padre Nebojsa es el entrenador desde hace poco tiempo. Nebojsa Gudelj ya jugó en el NAC (1997-2005) después de haber pasado por el Logroñés y Leganés. Unos ocho años y casi 250 partidos con el club al que ahora entrena y donde está sacando buenos resultados.

Con el 2-0 y el rival con un hombre menos, la segunda parte fue muy cómoda para el NAC. El calor del público se manifestaba a través de cánticos y saltos que se concentraban en la grada donde atacaba el equipo en la segunda mitad, la de los seguidores más fieles, que vivieron el partido entero de pie. Tampoco faltó la ola, que dio un par de vueltas al estadio. Aunque quizás la anécdota del partido sucedió cuando un disparo se marchó muy alto y el balón cayó en las manos de la afición del sector mencionado anteriormente. La pelota no fue devuelta al campo de inmediato, sino que empezó a rodear el estadio, con los aficionados que se la pasaban entre ellos, algunos con una fuerza excesiva. El balón recorrió uno de los fondos y la tribuna lateral antes de que se perdiera entre las cabezas de aficionados locales. El partido había pasado a ser algo secundario, pero la diversión y satisfacción de los aficionados con su equipo era total. Entre todo esto llegó el tercer gol, tras una muy buena definición de Hadouir. Entonces todos esperaban la irrupción del chico de la bandera amarilla que recordaba el resultado para el orgullo de los aficionados locales. Partido cerrado, el NAC ya sólo esperaba la posibilidad de salir al contraataque para marcar el cuarto pero sin arriesgar más de la cuenta.

Una bandera anunciando el resultado recorría el estadio tras cada gol local
Entró Furdjel Narsingh, hermano del jugador del PSV Luciano, que tuvo unos minutos y no vimos a Valpoort, jugador cedido por el Heerenveen, pero ya poco podían cambiar. La imagen del Zwolle tras la expulsión fue algo pobre, incapaz de crear peligro con uno menos, aunque con su primera mitad quedó claro que hay equipo para no descender porque tienen bastantes virtudes: buenas zurdas las de Drost y Achenteh -notable la del segundo a balón parado-, el juego de espaldas de Avdic, las apariciones de Benson desde la segunda línea o el más que correcto partido de Pluim en una posición poco habitual para él. El NAC, por su parte, supo jugar con el partido de cara y vimos lo mejor de Buijs y Gudelj, amos del centro del campo con espacio y tiempo para pensar y ejecutar. Aunque el mejor, de largo, fue Lurling, que empezó jugando de delantero pero que pasó a la banda derecha tras la lesión de Verbeek. Estuvo muy activo por su banda y tiró del equipo en todo momento. Era el jugador más creativo del NAC, el más capacitado para improvisar y hacer algo distinto, como sucedió en la jugada del segundo gol. A sus 35 años sigue pesando muchísimo en uno de los equipos modestos de la Eredivisie.

Con el pitido final, tras no añadirse ni un minuto de descuento, llegó la vuelta de agradecimiento de los jugadores y el regreso a casa. Bicicletas que iban a toda velocidad apartando a los peatones si hacía falta y coches que lucían con orgullo la banderas de su equipo. Satisfacción general del aficionado con el juego de su equipo y con la buena racha que atravisesa el NAC, que se ha visto frenada este fin de semana. Aun así, el estadio se llenará el próximo sábado. Llega el Heracles y habrá descuentos (entradas a 5€) y ofertas para celebrar el Carnaval, con packs para los socios que incluyen hasta cuatro entradas y tres litros de cerveza por 20 euros más. La cerveza, como no podía ser de otra manera, irá en vasos conmemorativos del centenario del club (1912-2012).

Haber dormido muy poco la noche anterior, llegar a casa pasadas las doce de la noche por el retraso del tren e incluso haberse perdido los instantes previos al partido poco importaba una vez metido en la cama. La sensación de haber acudido a ver un partido de liga holandesa lo superaba todo y hacía olvidar que incluso ese partido no había sido la elección inicial. Pura Eredivisie en un duelo que no deja de ser una disputa entre dos equipos muy modestos para alejarse del descenso. A pesar de que cinco o seis equipos peleen por el título, quedan otros doce que también existen y a los que, desde la distancia, sólo podemos ver a través de resúmenes de relativa longitud. NAC Breda y PEC Zwolle son dos de ellos y aunque tengan sus evidentes limitaciones, proponen soluciones. Y como rezaba la carta que acompañaba a las entradas, la que ha abierto este texo, y la propia frase inscrita en el tíquet de entrada, vimos un prettige wedstrijd. Un muy buen partido de fútbol en una ciudad agradable y recomendable.

2 comentarios:

  1. Lo mejor de la entrada es que, a los que hemos vivido experiencias similares de ver un partido de fútbol durante un viaje en el extranjero, nos transporta hacia nuestras propias vivencias mientras disfrutamos de la tuya.

    ResponderEliminar
  2. Sí, este tipo de entradas buscan un poco esto. No tanto hablar del partido en sí, que puede ser mejor o peor, sino por todo lo que rodea al partido, por esa atmósfera tan distinta a la de aquí.

    En este caso, Breda no deja de ser una ciudad de menos de 200.000 habitantes que pone cada fin de semana entre 17.000 y 20.000 aficionados en su estadio para animar a su equipo, que está en la parte baja de la Eredivisie. A mí esto me maravilla.

    ResponderEliminar