Mide metro noventa, es delgado y por sus larguísimas piernas puede parecer torpe. Y de hecho, no es precisamente un prodigio técnico. Hace poco más de un mes jugó de delantero centro ante el PSV Eindhoven y fue el mejor del partido porque aguantó el balón como nadie y lo soltó en el momento preciso para dárselo a los compañeros que llegaban desde atrás. Sin embargo, desde entonces está jugando en una posición muy diferente. Ya van varios partidos en los que Wiljan Pluim está siendo el mediocentro del PEC Zwolle. Y también uno de los mejores.
El buen rendimiento de Avdic, un delantero centro sueco más alto y fuerte que Pluim, quizás sea el motivo que ha provocado este cambio junto a la marcha de van der Berg en el mercado invernal. Ante la baja del mediocentro titular en la primera vuelta había que encontrar un recambio y Art Langeler se inventó una solución: retrasó a Pluim al centro del campo y, flanqueado por Drost, Slot o Klich, simplemente tenía que aguantar la posición.
En el último mes Pluim ha demostrado que sabe hacer bastantes cosas. Y que las sabe hacer bien. Parece torpe, pero sabe usar su cuerpo para proteger el balón ante la presión rival, virtud que le convierte en un futbolista especialmente útil a la hora de sacar el balón jugado desde atrás, es muy difícil robarle un balón. Además, lee correctamente el juego bajo presión y suele encontrar a un compañero libre a pesar de sus limitaciones. Por lo tanto, suma con el balón. Y sin él también, pues intercepta pases gracias a sus largas piernas y está atento para ayudar a sus compañeros.
Pluim hace de ancla y los demás se mueven y juegan a su alrededor. Se ha adaptado muy bien a esta nueva posición y está ejerciendo de mediocentro a la perfección. Aun así, para mí siempre seguirá siendo ese delantero que desquició al PSV en el Philips Stadion. Un delantero que ahora ejerce de mediocentro. Por esta razón sus actuaciones no dejan de sorprenderme.
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