martes, 29 de enero de 2013

Sin estrellas compiten mejor

Malí no es un equipo vistoso. Tampoco resulta especialmente atractivo para el espectador neutral, que difícilmente sentirá simpatía por su fútbol como quizás sí ocurra con otras selecciones de menor cartel como Etiopía o Cabo Verde. Además, la magnífica generación que lideraban Mahamadou Diarra, Fréderic Kanouté y Seydou Keita se ha apagado. El primero se ha perdido la CAN por lesión, el segundo se despidió de la selección hace tres años y, como Keita, ha emigrado al emergente fútbol chino. El que podía ser el líder de la siguiente generación, Mohamed Sissoko, se ha quedado en menos de lo que insinuaba a pesar de jugar actualmente en el poderoso PSG. 

Pero, con un equipo peor y aparentemente discreto, Malí sigue compitiendo. De hecho, quizás compite mejor ahora que hace cinco años, cuando se presentó en la Copa de África con sus tres estrellas en su mejor momento conjunto. Entonces le tocó un grupo complicadísimo, con Costa de Marfil y Nigeria, y se quedó fuera en la primera fase. Dos años más tarde la decepción se repitió cuando Malí tampoco fue capaz de superar la fase de grupos a pesar de la espectacular remontada en el partido inaugural.

Tras estos dos fracasos, Malí fue objeto de un cambio radical. Al no tener a jugadores de tanta calidad se aprovechó la fuerza del bloque, que fue la principal característica del equipo de Giresse en la pasada CAN. Con una hoja de ruta totalmente opuesta a la de otras selecciones como Marruecos o Senegal, de enorme potencial en lo individual y pésima coordinación en lo colectivo, organizar un equipo compacto fue la prioridad. Malí pasó a ser un equipo incómodo que cedía el balón pero al que era muy difícil inquietar. Perdieron recursos en ataque, pero las jugadas a balón parado y el acierto de Diabaté en el remate permitieron compensarlo con un mínimo de goles. De esta manera Malí pasó de caer en la fase de grupos a subir al tercer escalón del podio africano.

El seleccionador ya no es Giresse, pero Carteron ha decidido aprovechar la herencia recibida. Ayer ante la República Democrática del Congo vimos una exhibición defensiva del equipo malí, que tras la locura inicial hizo que su rival se sintiese impotente. Líneas bien juntas, equipo compacto, muchos hombres tapando líneas de pase por el carril central y velocidad para salir al contraataque. Como en el partido anterior contra Níger, la RD Congo fue incapaz de crear peligro ante un rival bien replegado. Aquí un ejemplo: a partir del minuto 20 el portero Samassa sólo tuvo que intervenir una vez, para detener un disparo. Y éste tuvo que ser desde fuera del área. De hecho, Malí hasta tuvo ocasiones en los últimos minutos como para acabar ganando.

Ésta será su carta de presentación para el partido de cuartos de final que disputarán contra Sudáfrica. Por lo tanto, un rival de un nivel similar que les permite soñar con las semifinales y repetir la actuación del año pasado, algo que hace poco parecía una utopía. No serán un equipo divertido, pero pocos equipos dominan tan bien el arte de hacer que pasen tan pocas cosas en su contra durante noventa minutos de partido sin necesidad de monopolizar la posesión de balón. Son tan distintos a los demás que hasta ahora sólo han encajado goles de penalti. Saben sufrir y compiten de maravilla.

2 comentarios:

  1. Muy buen articulo, Mali seleccion que defensivamente es muy buena, trata de estar juntos en campo propio y lleva muy bien los tempos del partido. Equipo a tener muy en cuenta y con muchas posibilidades de meterse en semis dejando fuera a Sudafrica la que creo que ha demostrado ser inferior a Mali en el torneo. Un saludo y buen post como siempre.

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  2. Estimado Fernando,

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