Saber competir

Axel Torres hablaba hoy en Marcador Internacional de que el Everton era un equipo que siempre competía, que contra los grandes siempre plantaba cara y les creaba problemas. Hoy hemos visto un ejemplo de ello en el intensísimo y emocionante Chelsea-Everton, pero también hemos podido ver como el Brighton de Gustavo Poyet y el Crawley competían ante equipos de Premier League. Porque el fútbol merece la pena cuando ambos equipos compiten por ganar. Cuando lo intentan. Pese a que el nivel de un equipo sea (muy) inferior al otro, si le pone ganas, el equipo pequeño tiene sus (bastante reducidas) opciones de victoria. Porque el fútbol es cuestión de competir.

El Everton compitió. Puso en problemas al Chelsea durante 120 minutos. Y acabó ganando. Los primeros 90 minutos fueron muy intensos y muy buenos, con ocasiones para ambos equipos, con alternativas. Pese a que no se vieron goles en los primeros 90 minutos, su visionado mereció la pena. Los siguientes 30 minutos, fueron incluso mejores. Ambos equipos no querían llegar a la tanda de penaltis y el gol del Chelsea llegó primero. En el minuto 103, Baines permite centrar bastante cómodamente a Anelka, Drogba la controla con el pecho, pero el control se le va largo, y consigue dar una asistencia (involuntariamente) a Lampard. Pero el partido no se había acabado. El Everton puso ganas y siguió compitiendo. Y al final, en el minuto 119, Baines marcó un golazo de falta para forzar la tanda de penaltis. El mismo Baines falló el primer penalti (buena parada de Cech), pero luego Anelka y Cole fallarían y el Everton se acabaría llevando el partido. Ambos partidos estuvieron terriblemente igualados y la tanda de penaltis al final del replay reflejó esta igualdad. Éste era el único replay de la pasada ronda jugado hoy, el resto ya eran de la quinta ronda de la FA Cup.

Hoy jugó el Brighton. El Brighton and Hove Albion de Gustavo Poyet. Un equipo que está de moda por su buen juego que le ha convertido líder de la Ligue One ante la sorpresa de su propio entrenador, que no se esperaba un rendimiento tan bueno tan pronto. El partido no empezó bien para ellos. En seguida el Stoke City se puso con un 2-0 a favor. Entonces me pasé a ver el Dortmund-St. Pauli, un buen partido. Y volví a falta de unos 15 minutos del final. Cuando el Brighton tenía el balón. Y lo movía bien, con bastante criterio e intención. El Stoke ya había hecho su trabajo, el marcador reflejaba un claro 3-0, pero el Brighton demostró que tenía calidad. Demostró que es un equipo que puede jugar en la Championship y mantenerse si conserva el bloque. El Brighton compitó ante un equipo de mayor nivel, pese a que el resultado no acompañó. Un equipo fuerte, más experimentado y con más oficio. No tuvo la posibilidad de ganar el partido, pero demostró que el equipo tiene un nivel bastante bueno. No como para competir en la Premier League, pero sí como para ser el mejor equipo de la Ligue One y un buen equipo en la Championship.

Después del Brighton, llegó el Manchester United-Crawley Town. El líder de la Premier League contra el segundo clasificado de la quinta división inglesa (por detrás del nuevo Wimbledon). Y el líder de la Premier League ganó por 1-0. Con gol del central Brown a la salida de un córner sacado en corto, tras un buen centro de Gibson. El Manchester United jugó con los suplentes y no hizo un buen partido. El equipo era bastante serio, con bastantes jugadores del primer equipo como para ganar más cómodamente al Crawley, que le quitó el balón al Manchester United por momentos. En el minuto 28 el partido se decidió, con ese gol de Brown, pero el Crawley compitió. Jugó por encima de las expectativas. Movió el balón bastante bien acorde con su nivel. Creó jugadas de peligro, sobre todo en la segunda mitad. E incluso remató al larguero casi al final del partido. No está nada mal jugar así ante un equipo en el que Rooney jugó toda la segunda mitad, en la que casi no tocó el balón. Los aficionados del Crawley pueden estar orgullosos de su equipo, que plantó cara al Manchester United y llegó a soñar con un replay al final del partido. No lo consiguió, pero esto no resta mérito al buen partido hecho por su equipo. Un equipo formado por jugadores no profesionales, que juegan cuatro divisiones por debajo de su rival y que han podido jugar en Old Trafford, cumpliendo uno de sus sueños como futbolistas.

Estas cosas hacen especial a esta gran competición. Porque esto es la FA Cup, una competición mágica, distinta, en la que los equipos más modestos sueñan con ganar a los equipos más grandes en su propio estadio. En la que todos los equipos federados sueñan con llegar a Wembley algún día. Hoy el Crawley Town estuvo cerca de llegar a cuartos de final. Pero no pudo ser, una pena.