Los partidos no se acaban en el minuto 90

El partido de la Ligue 1 disputado el domingo a las 9 de la noche no decepcionó a nadie. Ese Girondins - Montpellier apuntaba alto y las expectativas se cumplieron. Era la primera vez que veía al Montpellier esta temporada y pronto entendí las principales razones por las cuales está tan arriba: es un equipo luchador, que corre mucho, rápido con el balón con los pies, que disputa un fútbol bastante directo pero que a la vez mueve el balón bien y con clase. Al final del partido también entendí que estaban tan arriba por su insistencia, nunca dieron el partido por perdido, aunque fallaran dos penaltis, aunque jugaran con uno más y con el marcador en contra por un gol del gran Chamakh, que volveré a destacar más adelante. Por todas estas razones el Montpellier es el típico equipo revelación de cada temporada y que además cae bien, como el Napoli o el Hoffenheim la pasada temporada o como el Palermo este año.

El Montpellier empezó bien, plantando cara al Girondins, intentando que no se acercaran demasiado. Provocaron un penalti y, a la vez, la expulsión de Ciani. Carrasso le paró el penalti a Costa; pero el equipo no se rindió. Siguió atacando bastante bien y volvió a provocar un penalti, esta vez de Chalmé que tocó el balón con la mano. Montaño iba a tirar el penalti y lo metió. Pero el árbitro lo hizo repetir y Carrasso se tiró al mismo lado del penalti de Costa y lo paró. Dos penaltis en menos de 45 minutos.

El Girondins afrontaba la segunda mitad con uno menos, con Chamakh sólo arriba tras la sustitución de Cavenaghi, forzada por la expulsión de Ciani. Al Girondins le tocaba aprovechar su pegada y sus jugadas a balón parado y aprovechó la pegada de Chamakh. Porque Chamakh, pese a ser una isla solitaria en el océano, se marcó un partidazo: fue a presionar todos los balones, no dio ningún balón por perdido, trabajó como el que más, intentó desmarcarse y ayudar a su equipo a encontrar espacios y aprovechó su ocasión para empalmar un balón suelto y marcar un gran gol que fue el broche a su gran partido.

Y el Montpellier, pese a ir por detrás tras el gol de Chamakh, no se rindió. Siguió adelante, intentando cerrar al Girondins de Burdeos en su área y consiguiéndolo por momentos. El Girondins no podía salir de su campo, en el que estaba encerrado. Finalmente el Montpellier tuvo su oportunidad en el minuto 92 o 93 con un lanzamiento de falta de Costa, que se comió Carrasso, y dejando un mal sabor de boca en un partido en el que paró dos penaltis pero que se comió un gol en el tiempo de descuento.

El Montpellier acabó con un punto como recompensa que le permite seguir la estela del Girondins, equipo con el que está empatado a puntos con dos partidos más, y a la vez este punto no acaba de sentar bien al equipo que es conciente que si hubiera metido alguno de los penaltis la historia podría haber sido muy diferente. Y es que los penaltis no se pueden dejar al aire, se tienen que practicar. Y los partidos tampoco acaban en el minuto 90, hay el tiempo añadido que no permite relajarse o puede quitarte algunos puntos.