miércoles, 29 de agosto de 2012

La otra cara de la derrota

Ayer el Maribor tenía una oportunidad histórica para regresar a la fase de grupos de la Champions League trece años después. De hecho, su participación en la edición 1999-2000 ha sido la única en la que un equipo esloveno ha conseguido alcanzar dicha ronda. Tenían que remontar el 2-1 cosechado en el partido de ida en Zagreb, pero no pudieron lograrlo ya que el Dinamo se impuso por 0-1. Con ese resultado fueron los croatas quienes superaron la última ronda previa, esa que en muchos casos separa drásticamente el éxito del fracaso.

Sin embargo, el Maribor estará por segundo año consecutivo en la fase de grupos de la Europa League. La manera como el equipo se ha clasificado es amarga, a través de una derrota, pero no hay que olvidar lo que costó llegar hasta allí la temporada anterior, cuando el Maribor eliminó al Rangers escocés. En realidad, a pesar de llegar a la fase de grupos, su actuación dejó mucho que desear porque el equipo esloveno sólo consiguió sumar un empate ante el Sporting de Braga.

El objetivo tiene que ser mejorar la actuación del año anterior. Ya la han igualado, superando una ronda más de Champions, y ahora tienen que sumar más puntos en la Europa League. Los jugadores del Maribor jugarán más partidos en Europa, se expondrán de nuevo ante un escaparate mucho más amplio y quizás algunos, los mejores, salgan pronto hacia clubes y ligas de mayor nivel. Sin embargo, la derrota ante el Dinamo de Zagreb no debe ocultar que las cosas se están haciendo bien y la fase de grupos es una nueva oportunidad para seguir acumulando experiencia.

Además de experiencia, también irá mejorando el coeficiente UEFA del equipo esloveno. Si consigue repetir el título de liga, puede que empiece a cruzarse con rivales de menor entidad en las primeras rondas europeas tras estas buenas actuaciones. Así, poco a poco, con un bloque cada vez más sólido, mayor oficio y experiencia, quizás el equipo pueda acercarse aún más a la fase de grupos. Es complicado, evidentemente, pero otros equipos como Debrecen, Zürich o Maccabi Tel-Aviv ya lo han logrado. La línea de trabajo es buena y existe potencial como para cumplir el sueño europeo esloveno. No todas las derrotas tienen que ser negativas.

lunes, 27 de agosto de 2012

Una nueva propuesta ilusionante

Empezaba el sábado la Serie A con un partido bastante estimulante que enfrentaba a dos clásicos de la competición a pesar de no formar parte del exclusivo grupo de gigantes italianos. Udinese visitaba Florencia con la cabeza en su próximo encuentro de Champions y con varios de sus jugadores titulares en el banquillo mientras la nueva Fiorentina de Montella exponía por primera vez al gran público las intenciones de su equipo después de un último ensayo en Copa contra el Novara.

A pesar de prescindir de jugadores titulares como Di Natale, Basta, Armero o Domizzi, Udinese siempre compite. Y lo sufrió la Fiorentina, que tuvo muchas dificultades para contener los ataques visitantes aun cuando éstos eran conducidos por dos o tres jugadores. Sin Di Natale pero con un profundo Muriel, Udinese expuso los problemas de coordinación y entendimiento de la defensa local, formada por un Gonzalo alejado de su mejor estado forma, un Roncaglia que deja algunas dudas y el inexperto Nastasic, que debe seguir curtiéndose en la Serie A. De hecho, el gol de Maicosuel llegó tras una genial asistencia de Muriel, pero también ayudó la pasividad de la defensa y el error de Nastasic rompiendo el fuera de juego y luego llegando tarde para tapar el disparo del jugador brasileño.

Sin embargo, lo mejor de la Fiorentina llegó con el balón en sus pies. Sus fichajes son ilusionantes y ahora acumula a muchos jugadores asociativos en el campo. Dos de los nuevos centrocampistas, Pizarro y Borja Valero, ya empezaron a mostrar lo que se les pide. El chileno actúa en una posición más retrasada, pero no para de filtrar pases para sus compañeros y de buscar cambios de juego para los jugadores de banda. En cambio, el rol del exjugador del Villarreal es distinto. Con Pizarro aguantando la posición por detrás, tiene más libertad para incorporarse y llegar cerca del área, incluso a posiciones de remate. Además, Jovetic agradece tener a dos jugadores de su nivel con los que combinar y entenderse. El montenegrino, el mejor jugador de la plantilla, desequilibra prácticamente cada vez que recibe y puede encarar. Si las lesiones lo respetan, causará estragos en la mayoría de defensas de la Serie A.

Con todas estas piezas, complementadas por un dinámico pero algo impreciso Rômulo y dos carrileros que abrían constantemente el campo, la Fiorentina convirtió la segunda mitad en un asedio a la portería de Brkic. El marcador les era desfavorable e hicieron todo lo posible para remontar, obteniendo una merecida recompensa al final. El primer gol llegó con fortuna; el segundo, por la calidad de Jovetic. No obstante, los segundos 45 minutos del pasado sábado fueron muy ilusionantes ya que el equipo fue capaz de encerrar atrás al tercer clasificado de la Serie A la temporada anterior, que se va debilitando cada verano, y no dejó de crear ocasiones de gol. La Fiorentina pinta bien... y más pensando que en la segunda mitad se permitió el lujo de dar entrada a jugadores de la talla de Aquilani, Cuadrado o El Hamdaoui (que debería ser importante esta temporada) e incluso no utilizar a Matías Fernández. Las ideas están claras y la plantilla tiene nivel además de ser amplia. Ahora sólo falta un poco de tiempo para que ir consolidando este proyecto tan ilusionante que tiene en afianzar su defensa uno de sus mayores retos.

lunes, 20 de agosto de 2012

Tres franceses

Del Manchester City se suelen criticar a menudo muchas cosas. Se puede discutir si su política de fichajes ha sido la más adecuada en los últimos años, si Mancini debería asumir el favoritismo de su plantilla de una vez por todas, si el equipo puede jugar mejor con ese equipo o qué hay que hacer con jugadores como Balotelli. Además de todo esto, hay dos jugadores que suelen ser el foco de crítica y duda en el entorno citizen. Ellos llegaron el año pasado del mismo equipo y comparten nacionalidad. 

El caso de Clichy es quizás el más llamativo de los dos. Lo fichó el City el pasado verano después de ser bastante criticado en el Arsenal por sus errores defensivos e incapacidad para tirar correctamente el fuera de juego, entre otras cosas, aunque ahora lo deben echar un poco de menos al no haberle encontrado un sustituto de su nivel. Además, en el City tiene que competir con un jugador a priori más completo como Kolarov. Sin embargo, parece ser el favorito de Mancini, que le está sacando un muy buen rendimiento. Ayer, en el debut liguero ante el Southampton, volvió a hacer un partido sensacional. Defendió muy bien su banda anticipándose con acierto y, sobre todo en la segunda mitad viendo que el rival prefería atacar por el otro lado, se soltó bastante en ataque, llegando a la línea de fondo y colgando centros laterales que generaron bastante peligro.

Si el partido de Clichy fue destacado, aún más lo fue el de Nasri, que peleó con Yaya Touré y Carlos Tévez por ser el mejor jugador del partido. Puede que sea un jugador irregular, pero cuando está metido en el partido tiene calidad para ganarlo prácticamente sin ayuda de nadie. Partiendo desde la izquierda, participó muchísimo en el juego de su equipo y lo hizo con bastante criterio. Buscó casi siempre posiciones más centradas para asociarse con sus compañeros y filtró buenos pases entre líneas. Suyo fue el pase que provocó el penalti en la primera mitad y la asistencia del primer gol. Se fue apagando un poco con el paso de los minutos, participando un poco menos que en la primera mitad, pero apareció para marcar el gol decisivo a falta de diez minutos del final, aprovechando un mal despeje de Fox y colocándose con instinto en la mejor posición para recoger ese defectuoso rechace.

Sin embargo, también hay que hacer una mención especial al tercer francés que jugó ayer por la tarde. Éste no lo hacía en el Manchester City, sino en el Southampton, que plantó cara e hizo un partido de muchísimo mérito. Schneiderlin, que ya juega en el equipo desde el año del descenso a la League One, fue uno de los jugadores más destacados. El mediocentro más posicional del equipo mostró su buen toque de balón para filtar buenos pases y precisos cambios de orientación y también una más que correcta capacidad para colocarse bien en el campo. Además de Newcastle, Arsenal o el propio Manchester City, los franceses también tendrán que fijarse en este compatriota que se marchó de Estrasburgo rumbo a Southampton poco después de alcanzar la mayoría de edad.

domingo, 19 de agosto de 2012

A seguir reinventándose

Cuatro de los héroes del subcampeonato de la temporada pasada ya no están. Ayer se reeditó el último partido de la misma, cuando aseguraron ese segundo puesto en la clasificación que metió al Feyenoord para las rondas previas a la Champions League, el mayor éxito de los últimos años para uno de los gigantes del país tanto a nivel futbolístico como social. Esa tarde de domingo se impusieron por 2-3 ante un Heerenveen que también cerraba una temporada maravillosa.

De los cuatro héroes que se han ido, tres fueron titulares esa tarde. Hablamos de el capitán Vlaar y los centrocampistas El Ahmadi y Bakkal. El último, de hecho, marcó el gol que inició la remontada en la segunda mitad. No obstante, no hay que olvidarse de Guidetti, autor de 20 tantos en 23 partidos y que no pudo participar en el tramo final de temporada por una inoportuna lesión. En total, estos cuatro futbolistas aportaron 31 goles y consistencia a un equipo que venía de una temporada anterior nefasta. Ahora ellos ya no están y han llegado nuevos futbolistas para suplirles.

Parece que las bajas en el centro del campo no serán un problema con Vormer e Immers, que ya son fijos para Koeman a pesar de ser futbolistas de distintas características y más teniendo en cuenta el excelente rendimiento de Bakkal y El Ahmadi. También estarán atentos los noruegos Singh y Elabdellaoui esperando una oportunidad para demostrar su valía.

Atrás se ha marchado Vlaar, pero llega Mathijsen, un central de enorme experiencia y cuyo nivel es superior a la media de los defensores de la Eredivisie. A pesar de cometer un penalti que suposo ayer la expulsión en su debut con el Feyenoord, el central zurdo dotó a la inexperta zaga feyenoorder de jerarquía y mayor seguridad. Además, la incorporación de Janmaat mejora notablemente la posición del lateral diestro del equipo de Rotterdam.

Distinto es el caso de la delantera. No ha llegado ningún goleador y parece que Guyon Fernandez, Schaken, Cissé y Cabral tendrán que repartirse la responsabilidad anotadora esta temporada. El año pasado sumaron 27 goeles entre los cuatro, superando por poco la cifra de Guidetti. Necesitarán mejorar en este aspecto, confiar en que los centrocampistas colaboren y esperar que los jóvenes Elvis Manu y Anass Achahbar vayan tomando poco a poco un mayor protagonismo en el equipo.

Sin embargo, si decíamos que el Feyenoord ha sufrido bajas importantes a pesar de haberlas suplido bastante bien, peor es la situación del que ayer fue su rival, el Heerenveen. De los once jugadores titulares en el último partido ante el propio Feyenoord la pasada temporada sólo quedan cinco. De hecho, no sigue ni el entrenador Ron Jans, ahora en el Standard de Lieja y sustituido por el ex seleccionador holandés Van Basten.

De esos seis jugadores que ya no están en el equipo, la baja de cinco de ellos es especialmente dolorosa. El año pasado el Heerenveen cuajó una magnífica temporada gracias a su poderío ofensivo y a la capacidad de sus atacantes para marcar las diferencias. Sus 79 goles anotados, que le sirvieron para ser el tercer equipo más goleador de la Eredivisie, son una buena muestra de ello. Su tridente atacante formado por Narsingh, Dost y Assaidi sembró el caos en la mayoría de defensas de la Eredivisie.

Ninguno de estos tres jugadores sigue en el equipo. El primero es el único de los tres que sigue en la Eredivisie tras marcharse rumbo a Eindhoven para reforzar a un PSV que quiere recuperar el trono liguero. Los otros dos se han ido a dos ligas más potentes y a equipos de un nivel bastante superior. Dost, el delantero que anotó 32 goles en 34 partidos de liga, jugará esta temporada en el Wolfsburgo alemán para hacer olvidar la baja del croata Mandzukic, actual jugador del Bayern, mientras que el tercer jugador de ataque, Oussma Assaidi, acaba de fichar por el Liverpool de Brendan Rodgers. Sin el rematador infalible y sin dos de sus jugadores más desequilibrantes e imprevisibles, ahora sólo queda Djuricic para seguir dotando de magia al ataque del Heerenveen. Quizás le ayude el extremo van la Parra, un futbolista algo irregular.

A todas estas bajas hay que añadir la de Viktor Elm, centrocampista sueco que se ha marchado al AZ Alkmaar para cubrir la baja de su hermano Rasmus, que jugará en el CSKA de Moscú junto a su ex compañero en el AZ Wernbloom. También he citado antes la baja de Janmaat, ahora en el Feyenoord, que debilita un poco más al equipo defensivamente, precisamente en la parcela más vulnerable del equipo la temporada pasada. No obstante, Van Basten espera que con las incorporaciones de Zuiverloon y Raitala y con la continuidad del prometedor central de 21 años Gouweleeuw mejoren uno de sus puntos débiles del equipo la pasada temporada.

A pesar de los refuerzos del sistema defensivo, el Heerenveen no ha pudido cubrir sus bajas de la misma manera que el Feyenoord a falta de poco más de diez días para el cierre del mercado. Quizás llegue algún nuevo jugador, pero Van Basten tendrá que confiar en jugadores jovencísimos y con poca experiencia como Tannante (18 años), Valpoort (20 años), van Anholt o de Roon (21 años ambos), todos ellos con minutos ayer ante el Feyenoord, para intentar acercarse a los logros de temporadas anteriores. Hace apenas un par de días llegó Alfred Finnbogason, pero habrá que ver cómo encaja en este equipo que ha lanzado a muchos delanteros a la fama. En cualquier caso, el Heerenveen tendrá muy difícil igualar el quinto puesto que logró la pasada temporada. Su reto es incluso más difícil que la ambición del Feyenoord de repetir subcampeonato.

sábado, 11 de agosto de 2012

En busca del primer oro

Por increíble que pueda parecer, Brasil nunca ha logrado ganar la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Jugó dos finales -las de 1984 y 1988- y los Romário, Dunga, Taffarel, Careca, Bebeto y compañía, en dos generaciones distintas, no pudieron hacerse con el título olímpico. La presión por ganar el oro es enorme en su país, porque éste es el único título que se le resiste a la pentacampeona del mundo. Ésta será su tercera final olímpica y por esta razón la generación actual de futbolistas brasileños no puede desaprovechar esta magnífica ocasión. 

En cambio, México no siente tal presión. Ya han superado su mejor actuación de todos los tiempos en los Juegos Olímpicos, que es el tercer puesto logrado en los que ellos mismos organizaron en 1968. Para ellos, la final de Wembley es una oportunidad magnífica para seguir haciendo historia y la condición de su rival les quita cualquier tipo de favoritismo. Si cayeron otros como España, Uruguay o Gran Bretaña, ¿por qué no pueden eliminar ellos a los brasileños?

De cara a la final habrá que ver cómo decide encarar el partido Mano Menezes. Entró Alex Sandro en el once del partido de semifinales para fortalecer el centro del campo y relegar al banquillo a un gris Hulk, pero habrá que ver si Alex Sandro se mantiene en el once para la final. Más allá de eso, lo demás está claro en Brasil: Damiao en punta para jugar de espaldas y rematar, Neymar y Oscar con total libertad en ataque, laterales largos y una pareja de centrales que no ha transmitido una gran seguridad durante el torneo.

Para atacar uno de los puntos débiles de su rival, México no podrá contar con su gran estrella, Giovani Dos Santos, que se perderá la final por lesión. Lo lógico sería que entrara Raúl Jiménez en su lugar, un delantero de gran embergadura que funcionó muy bien en la segunda mitad de la semifinal ante Japón junto a Oribe Peralta, más móvil. También será importante la pareja de mediocentros, formada por Salcido y Enríquez, que dota a su centro del campo de una gran solidez y un correcto toque de balón aun siendo Salcido un defensor. De los demás, habrá que ver cómo aguanta el espigado central zurdo Reyes los choques y el juego de espalda con Leandro Damiao y si aparece Marco Fabián.

La final está servida y Wembley está ya preparado para acoger a un nuevo campeón olímpico. Hoy a las 16h veremos si Brasil puede conseguir su ansiado oro olímpico antes de sus Juegos o si el torneo acabará con todos los pronósticos rotos y con un campeón totalmente inesperado.

viernes, 10 de agosto de 2012

Mérito kazajo

En 2012 se cumplen diez años desde que Kazajistán pasó a ser un país miembro de la UEFA. Desde que lograron independizarse de la URSS en 1991, poco antes de la disolución definitiva del gran estado comunista, se inscribieron en la federación asiática de fútbol, la AFC. Pero en 2002 decidieron unirse a la UEFA para competir con los mejores y así poder progresar más rápidamente. Diez años después, se puede decir que les ha salido bien.

A nivel de selección, empezaron a competir en partidos oficiales a partir del año 2004. En su camino hacia el Mundial de 2006 sólo consiguieron sacar 1 punto de 36 posibles, marcando sólo 6 goles en doce partidos y encajando un total de 29. Empataron en Georgia y no sacaron ningún punto en los partidos disputados en casa, pero, no obstante, visitar Kazajistán no fue fácil para países como Grecia, Ucrania o Georgia, que ganaron por 1-2 pero marcando el gol de la victoria en los últimos minutos. Únicamente Turquía fue claramente superior a ellos en los dos partidos, ganando 0-6 en Kazajistán y 4-0 en su país.

Dos años más tarde, en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008, Kazajistán sumó diez puntos jugando los mismos partidos que en la fase de clasificación  anterior. Entre sus puntos hay que tener en cuenta sus dos empates con Bélgica, una victoria en casa ante Serbia (la primera en Kazajistán en la "era UEFA") y una victoria en tierras armenias. No lucharon con los equipos de la parte alta de su grupo, pero sumaron más puntos que Azerbaiyán y Armenia en esa fase de clasificación.

Dos victorias ante Andorra en su camino a Sudáfrica y su último puesto en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2012 parecían frenar el progreso del fútbol kazajo. Parecía que la selección ya no sorprendía del mismo modo que en sus primeros años, cuando su evolución parecía prometedora. Sin embargo, estancada la selección, parece que es el turno de sus clubes.

La primera vez que un club kazajo superó la primera ronda de clasificación en la Champions League fue en el año 2007, cuando Astana superó de manera clara al Olimpi Rustavi georgiano. Hasta entonces, Zhenis Astana, Irtysh Pavlodar, Kairat Almaty y Aktobe habían caído siempre en esa primera ronda maldita. Siempre por resultados bastante ajustados, como en la ocasión en que el Kairat Almaty que forzó la prórroga ante el luego sorprendente Artmedia, pero era una ronda que se les estaba atragantando a los equipos kazajos.

Pero tras superar la primera ronda previa, Astana acabó cayendo por un claro 2-10 global ante Rosenborg. Era algo que Aktobe mejoró en las rondas previas de la Champions 2009-10, cuando, tras eliminar al FH islandés por un claro 0-6 en la eliminatoria, se llegó a adelantar en Haifa ante el Maccabi por 0-3 en el partido de vuelta después de empatar a cero en la ida. Ese partido acabó en un 4-3 final, pero un susto de esas características ante un equipo que acabaría llegando a la fase de grupos ya anunciaba que había que estar alterta con estos clubes. Luego, en la Europa League el Werder Bremen le endosaría un global de 8-3 en el play-off.

En la Champions 2010-11, otro vez sería el Olmpi Rustavi quien caería eliminado en la primera ronda ante un equipo kazajo y otra vez sería un equipo israelí quien acabaría con el sueño europeo del Aktobe, que ganó al Hapoel Tel-Aviv en el partido de ida. Pero en esta ocasión, tras caer en la previa de Champions, Aktobe fue capaz de derrotar al AZ Alkmaar en Kazajistán.

Así hasta llegar a esta temporada, cuando el Shakhter Karagandy puso en problemas al vigente campeón checo, el Slovan Liberec, que necesitó un gol en el minuto 120 de la prórroga para eliminar al campeón de liga kazajo.

Este progreso se ha izo produciendo de manera casi paralela en la UEFA Europa League. En el año 2008, el Tobol fue capaz de ganar al Austria Wien en el partido de ida obligando al equipo austríaco a remontar en la vuelta. Y en distintas ocasiones, como en la Europa League 2009-10, se quedó fuera algún equipo kazajo por el valor doble de los goles marcados fuera de casa.

Sin embargo, en la UEFA Europa League 2011-12 llegó uno de los momentos cumbre del fútbol kazajo, cuando dos equipos superaron la primera ronda previa, ronda jamás rebasada por ningún equipo de ese país. El Shakhter Karagandy eliminó al Koper esloveno y el Irtysh Pavlodar superó al Jagiellonia Bialystok polaco. En la siguiente ronda se incorporó Aktobe y superó al Kecskemét húngaro y tras 210 minutos ante el Alania ruso se quedó a tan solo una tanda de penaltis de alcanzar la última ronda previa.

Este año otros dos equipos kazajos volvieron a superar la primera fase previa de la Europa League, eliminando Ordobasy y Aktobe al Jadodina serbio y Torpedo Kutaisi georgiano respectivamente. En la ronda posterior, el Ordobasy quedó eliminado ante el Rosenborg, pero únicamente por un gol de Dockal en el minuto 94 del partido de vuelta. Además, en el partido de ida igualaron un 2-0 en contra. Ya quedaba lejos esa diferencia de 2-10 de la Champions League 2009-10.

El Aktobe, por su parte, remontó un 4-2 en contra cosechado en el partido de ida ante el Milsami Orhei e igualó su actuación en la temporada anterior. Esta vez su rival era Genk belga, campeón de liga hace poco más de un año.

El 4-2 global no acaba de reflejar la buena imagen mostrada por el equipo kazajo. Derrota por 2-1 en Bélgica y partido de vuelta en Kazajistán con opciones de pasar a la siguiente ronda. Y tuvieron opciones de pasar. Sí que es cierto que el Genk empezó dominando el partido y Vossen mandó un penalti a las nubes en los primeros minutos de partido, con 0-0 en el marcador. Pero Aktobe atacó, llevó la iniciativa y trató bien el balón durante gran parte de partido. El lateral zurdo Kenzhisariev marcó un golazo desde muy lejos para adelantar a su equipo en el marcador y se mostró como un jugador incisivo por su banda. Además, Kovalchuk y Khayrullin comandaron el partido durante gran parte del encuentro. No obstante, Benteke de cabeza y Buffel, tras una gran jugada de Joseph-Monrose por banda izquierda, acabaron con el sueño de Aktobe. Estuvieron cerca y, si siguen así, cada vez lo estarán más.

No hay equipos kazajos ni en la última ronda de la Champions League ni tampoco en la de la Europa League, pero el progreso realizado por sus clubes tiene que ser un motivo de orgullo para ellos. Cada vez llegan un poco más lejos y son varios los equipos que han superado las rondas previas de la Europa League. Ahora les falta llegar un poco más lejos en Champions e ir progresando con su selección. Quizás la Eurocopa de 2016, con 24 equipos, también sea una muy buena oportunidad para ellos.

martes, 7 de agosto de 2012

También fuimos campeones (XIX)

Éramos un equipo modesto, tremendamente modesto. Podíamos hablar de nosotros entonces como un equipo totalmente mediocre, de esos que está perdido en las divisiones inferiores del fútbol nacional sin acercarse a Primera jamás. De hecho, hasta el año 2003 nuestro mayor logro había sido colarnos en los octavos de final de la Copa de Rumanía en 1988 aunque, por otra parte, no deja de ser normal teniendo en cuenta que somos una población de 14.000 habitantes situada a poco menos de 60 kilómetros de Bucarest.

En 2003 llegó nuestro primer gran éxito, el ascenso a Segunda. La temporada 2002-03 fue extremadamente positiva para nosotros desde el inicio, cuando llegó un empresario rumano llamado Dumitru Bucsaru. Él poseía la empresa Valahorum, que pasó a ser nuestro patrocinador -incluido incluso en el nombre y el himno de nuestro club-, y tenía la intención de llevarnos pronto a Primera. Con él nuestro club se modernizó y se estructuró de una manera más profesional y eficiente para lograr el objetivo marcado a largo plazo.

44 puntos en el primer año, 47 en el segundo y ascenso a Primera al tercero. El proyecto de Bucsaru superó sus propias expectativas y lo hizo mucho más rápido de lo esperado al pasar de jugar en Tercera en 2002, cuando él cogió el club, a hacerlo en Primera en 2006. Habíamos llegado a lo más alto y situamos Urziceni en el mapa futbolístico. Ahora tocaba luchar por mantenerse.

Y logramos asegurar la permanencia con solvencia, un décimo puesto para empezar seguía siendo un resultado genial para un equipo como el nuestro. A pesar de que nos estábamos convirtiendo en un club de Primera, no olvidábamos que nuestros orígenes se encontraban en ese equipo modesto que hasta el año 2003 no había llegado jamás a jugar en Segunda.

Poco a poco iba empezando nuestro sueño. De hecho, ya había empezado mucho antes, pero no fuimos conscientes de eso hasta que alcanzamos la quinta posición ya en la temporada 2007-08. 61 puntos acumulados y sólo cinco derrotas. Un triple empate con Rapid y Dinamo de Bucarest nos relegó a esa quinta plaza, quitándonos una medalla de bronce que hubiese sido todavía más mágica. 

También estuvimos muy cerca de alzar nuestro primer título, pero perdimos la final de Copa ante un Cluj que conseguía un doblete histórico ganando por primera vez tanto Liga como Copa. Al año siguiente éramos nosotros los destinados a ganar la primera liga de nuestra historia, evitando por segundo año consecutivo que un equipo de la capital se hiciese con el título, algo que no ocurría desde que se les escaparon tres ligas de manera consecutiva entre 1979 y 1981.

La competencia contra el Politehnica Timisoara fue dura. Ellos también eran un equipo que jamás había ganado la liga y se quedaron muy cerca del título. Pero esta vez nos tocaba ganar a nosotros, a pesar de perder un partido más que la temporada anterior. Compaginamos la liga con nuestro debut en competición europea, pero el Hamburger SV nos eliminó muy pronto. Perdimos seis encuentros por un gol de diferencia, pero ninguno en el tramo final de liga, donde encadenamos diez partidos sin conocer la derrota. Esta racha fue clave para alzarnos con el título de liga, el primero y único de nuestra historia si no contamos el campeonato de Tercera de 2003. El Unirea Valahorum Urziceni entonces se consagró definitivamente en el fútbol rumano.

Lo hicimos sin un héroe destacado. Nuestros máximos goleadores, Onofras y Bilasco, marcaron ocho goles esa temporada, demostrando que no éramos un equipo que destacara por su potencial ofensivo. De hecho, sólo marcamos 51 tantos, ganando la liga con una media de gol y medio por partido, un porcentaje bastante pobre para un campeón. Más allá de las cifras, podemos afirmar que teníamos un muy buen equipo. O, como mínimo, eso creían los demás equipos del país, porque posteriormente nuestras estrellas fueron emigrando hacia los equipos más poderosos de nuestro país. Sin ir más lejos, Dinamo Bucaresti acabó fichando a Bordeanu y Mehmedovic; Rapid Bucaresti fichó a Frunza; Cluj a Bogdan Mara; y Steaua Bucaresti aprovechó nuestros peores momentos, que luego os explicaré, para hacerse con los servicios de una retahíla de futbolistas formada por Apostol, Bilasco, Galamaz, Pablo Brandán, Rucescu, Onofras y Ricardo Gomes Vilana.

Pero la mayoría de estos jugadores se marcharon después de nuestra aventura europea posterior al título de liga, el mejor momento de la historia de nuestro club. No hay nada más mágico que los mejores estadios de Europa adornados para la ocasión, preparados para escuchar ese himno tan característico que suena a gloria, aunque tenga que ser en Bucarest porque nuestro estadio no cumplía los requisitos necesarios para albergar tal competición.

Nos clasificamos directamente a la fase de grupos gracias a la buena actuación de los equipos de nuestro país en competición europea en los cinco años anteriores, especialmente en la UEFA. Así que no tuvimos que superar ninguna ronda previa, donde seguramente lo hubiésemos pasado mal por nuestra inexperiencia y bajo coeficiente.

Lo que no nos pudimos ahorrar fue un grupo competitivo con equipos de mayor nivel que el nuestro. En el aspecto deportivo, podríamos decir que estuvimos contentos con que nos cayeran Sevilla y Rangers, porque, a priori, eran los equipos más débiles de sus respectivos bombos. Si los comparamos con el Barcelona o el Manchester United (primer bombo) o Inter, Juventus y Madrid (segundo bombo) creo que podemos estar de acuerdo. El otro equipo que completaba el grupo era el Stuttgart alemán.

Llegaron los dos primeros partidos y pasamos de ser la desconocida cenicienta a ser un equipo decente que plantó cara. Perdimos por 2-0 en el Sánchez Pizjuán, pero dejamos una buena imagen dificultando la labor de nuestro rival. Posteriormente llegó nuestro debut en casa, ante el Stuttgart, y sacamos un valioso empate a uno. Además de ser un equipo superior, se adelantaron muy pronto con un gol de Tasci. Ya habíamos sumado nuestro primer punto. Ese temor de marcharnos con el casillero en blanco se había esfumado muy pronto.

Quedaba el doble duelo ante el Rangers, dos partidos importantes para demostrar si podíamos hacer algo más. Visitamos Ibrox el 20 de octubre de 2009 y empezamos perdiendo con un gol en propia puerta prácticamente en el primer minuto. No obstante, conseguimos neutralizar el gol escocés antes del descanso, nuestro portero paró un penalti y luego remontamos en una segunda mitad mágica completando el mejor partido de nuestra historia...¡ganamos en Ibrox por 1-4! Si nosotros no nos lo podíamos creer, menos todavía en el resto de Europa.

Luego en Rumanía logramos rascar un empate en su oportunidad de vengarse de la derrota sufrida en Ibrox. Empatamos un partido que prácticamente teníamos perdido, ya en los últimos minutos, y rescatamos un punto antes de recibir la visita del Sevilla, al que también derrotamos con una importante dosis de fortuna: sobrevivimos encerrados atrás pese a que el Sevilla disparó en distintas ocasiones contra los postes y luego nos encontramos con un gol en propia meta de Draguntinovic, que nos puso por delante en el marcador. Victoria de prestigio ante un equipo que había ganado dos UEFAs. Así llegamos a la última jornada con opciones reales de clasificarnos para los octavos de final. Sin embargo, quedaba el último paso, el más difícil: no perder en Stuttgart.
Pero, por mucho que nos duela, el Stuttgart nos pulverizó en apenas doce minutos en el encuentro decisivo. Jugaban arropados por su público y tenían mucha más experiencia que nosotros, varios de sus futbolistas habían ganado la Bundesliga pocos años antes y la diferencia competitiva entre ambos equipos en partidos de alto nivel era enorme. Y lo pagamos caro. Minuto 11 de partido y 3-0. Resultado final de 3-1, nos teníamos que conformar con la nueva Europa League.

Allí acabó nuestra experiencia europea. Dieceisavos de final ante el Liverpool, otro equipo que había sido tercero de grupo en la Champions. Si para nosotros era un milagro haber acabado tan arriba, a tan solo un punto de los octavos de final, para ellos eso era un drama, únicamente les recordaba su mala actuación en la máxima competición continental. No obstante, nos derrotaron con facilidad. 1-0 en Anfield y 1-3 en Rumanía (llegamos a ir 1-0 durante unos minutos) y para casa. Era el final de la aventura europea. Y la habíamos acabado sin una de nuestras estrellas, que se había marchado en diciembre. Esa figura era la de nuestro entrenador, Dan Petrescu.

En una decisión difícil de comprender, Dan Petrescu se desvinculó del Unirea Urziceni poco después de finalizar la aventura de la Champions League. Además, lo hizo para marcharse a Rusia a entrenar a un equipo entonces de Segunda, el Kuban Krasnodar. Petrescu, en su día jugador del Chelsea y de la selección rumana, había sido una pieza importantísima en nuestra meteórica ascensión, cogiendo al equipo en 2006 cuando éramos un simple pero ambicioso recién ascendido, conduciéndolo hasta el título de liga en apenas tres años. Era popular entre nuestros aficionados y temido por nuestros rivales, con su actuación en Champions se ganó el respeto de toda Europa.

Sin él aguantamos bastante bien (tuvimos tres meses para reponernos tras su marcha antes de volver a competir) y acabamos rozando el título de liga. Nos quedamos a sólo tres puntitos del Cluj y nos volvimos a clasificar para la Champions, aunque en esta ocasión teníamos que superar las rondas previas, donde el Zenit nos superó con ciertas dificultades.

Entonces empezó nuestra rápida y brusca caída. Bucsaru perdió todo el interés en nuestro club después de caer eliminados en la previa europea y muchos de nuestros jugadores, la mayoría de los mencionados anteriormente, fueron traspasados a otros clubes de la liga. Así que cuando empezó la competición apenas teníamos jugadores en nuestra plantilla. En enero se intentó reconducir la situación con varias cesiones de los jugadores pertenecientes a los filiales de esos equipos a los que habíamos vendido nuestras estrellas, especialmente Rapid y Steaua, pero no fue suficiente. En una temporada extraña en la que Otelul Galati ganó su primera liga, descendimos a Segunda.

Pero lo más sorprendente fue la indiferencia del presidente y propietario del club Bucsaru, que decidió no inscribir al equipo en Segunda. Así que no disputamos ninguna competición oficial y el club se vio obligado a desaparecer. De golpe, nos quedamos sin Unirea Urziceni, ni liga, ni jugadores, ni nada.

En diez años con Bucsaru hemos pasado de jugar en Tercera a hacerlo en Champions para luego descender y desaparecer de la faz de la tierra. Los momentos vividos, esos ascensos, la liga y la aventura europea fueron bonitos, pero al final todo ha resultado ser un espejismo que se ha cumplido a voluntad de un empresario local que ha jugado con nosotros hasta que se ha cansado, como un niño pequeño que encierra al que fue su juguete favorito en un cajón para ponerse a jugar con otro nuevo. ¿Y cómo podremos salir de este lugar tan oscuro? ¿Cómo podremos reponernos de este duro golpe? Pues, sinceramente, no lo sé.

Con este post concluye la serie de "También fuimos campeones", que pretendía recordar esos equipos que en las últimas 15 temporadas ganaron ligas y que por un motivo u otro o bien han quedado olvidados o bien lo han pasado mal en Segunda (o lo pasarán esta temporada). Me ha ocupado más de lo que creía en un primer momento, pero creo que el resultado ha sido bueno. En cualquier caso, no ha estado mal recordar a estos 19 equipos: Mónaco, Nantes, Lens, Deportivo, Boavista, Kaiserslautern, Tirol Innsbruck, Grazer AK, St. Gallen, LKS Lodz, Halmstads, Hammarby, Tampere United, MTK Budapest, Zalaegerszegi TE, Dunaújváros, Artmedia Bratislava, FK Obilic y Unirea Urziceni, el último en este mismo post.  Una vez más, recuerdo que el post del Deportivo lo escribió Martín Castiñeira, al que le agradezco haber colaborado conmigo en la creación de esta serie. He puesto links en los nombres de cada equipo para facilitar su lectura por si os habéis perdido alguno.

lunes, 6 de agosto de 2012

También fuimos campeones (XVIII)

Como bien indica nuestro nombre, pretendemos ser un club luchador y combativo. El nombre de nuestro club, FK Obilic, tiene su origen en la figura legendaria del soldado Milos Obilic. La leyenda de este guerrero, como muchas otras, no es del todo clara, pero sí que se sabe que fue una figura muy importante en la Batalla de Kosovo que enfrentó a serbios y otomanos en 1389. Fue él quien eliminó al líder de las fuerzas otomanas, el sultán Murad I, pero finalmente los otomanos, muy superiores en número, se acabaron impusiendo. Posteriormente su leyenda fue recuperada para convertirse en un símbolo nacional de lucha contra el dominio otomano durante el auge del nacionalismo serbio.

Por todo lo que significa su figura aquí en Serbia, los miembros fundadores de nuestro club lo homenajearon con el nombre del nuevo equipo de fútbol de Belgrado, creado en 1924, 21 años antes que los actuales gigantes del panorama futbolístico serbio, Estrella Roja y Partizán. Ése pretenía ser el espíritu de nuestro club, que puede estar contento de haber realizado la mayor hazaña reciente en el fútbol serbio desde la desaparición de la antigua Yugoslavia y la formación de la República Federal de Yugoslavia, formada únicamente por Serbia y Montenegro en 1992. Y es que hemos sido los únicos capaces de romper la hegemonía de Estrella Roja y Partizán ganando la liga en 1998.

Pero antes de hablar del título de liga, hay que tener en cuenta que nos costó mucho llegar hasta la élite del fútbol serbio. Sí que es cierto que antes de la Segunda Guerra Mundial éramos uno de los equipos más exitosos del país, pero después todo cambió. Tuvimos que ir ascendiendo división tras división a través de las profundidades del fútbol nacional y durante unos años se nos denegó el derecho de lucir nuestro nombre original de FK Obilic por sus connotaciones excesivamente nacionalistas (serbias). Llegamos a ascender a divisiones de carácter menos regional, pero cuando empezábamos a jugar contra equipos de toda Yugoslavia estallaron los conflictos bélicos que lo cambiaron todo, también a nivel futbolístico.

En cualquier caso, aunque suene duro y haga un esfuerzo en intentar no recordar las heridas del conflicto, podríamos decir que en el aspecto puramente deportivo esto nos permitió estar más cerca de la élite. En 1995 llegamos a la final de Copa, que perdimos ante Estrella Roja, y parecíamos estar preparados para dar el salto a la primera división de la República Federal de Yugoslavia.

Entonces, en junio de 1996, apareció la figura más influyente que ha llegado jamás a nuestro club: Zeljko Raznatovic, también conocido como Arkan. De hecho, la palabra controvertido se suele quedar corta para describir a este personaje. En su juventud, fue un peligroso criminal que actuaba en distintos países europeos, donde siempre que era arrestado se las ingeniaba para escaparse de prisión, llegando a entrar en la lista de las diez personas más buscadas por la Interpol.

Luego Raznatovic volvería a su Yugoslavia natal, donde estaba bien protegido por distintas personalidades políticas enormemente influyentes en el país, e inició varios negocios de dudosa legalidad. Posteriormente, en los años de guerra, participó comandando su propio grupo paramilitar, los llamados Tigres, y fue acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad, acusaciones que él siempre negó. Sin embargo, varios interrogantes en torno a su figura siguen siendo poco claros al fallecer él en enero del año 2000, cuando sufrió varios disparos en el Hotel Intercontinental de Belgrado.

Una vez descrito el personaje que se hizo con el control de nuestro club en junio de 1996, pasemos a los aspectos puramente deportivos. En la temporada 96-97 ascendimos a la nueva primera división por primera vez en nuestra historia. Al año siguiente conseguiríamos ganar la liga, como también hizo el Kaiserslautern esa misma temporada.

Y ganamos una de las ligas más espectaculares de los últimos tiempos, en la que nos impusimos por muy poco margen pero con unos resultados increíbles. El título fue cosa de dos, en una pugna individual entre Estrella Roja y nuestro club, en la que cada fallo era un error imperdonable. Ganamos 27 partidos, empatamos cinco y sólo perdimos uno durante toda la liga, algo impensable para un equipo recién ascendido. Además, llegamos por segunda vez a la final de Copa, pero la volvimos a perder, en esta ocasión ante Partizan, rozando así el doblete.

Pero hay que tener en cuenta todo lo que rodeaba al club y la ambiciosa inversión realizada por Raznatovic, una persona a la que no le gustaba nada perder. Ganamos la liga por dos puntos de diferencia y corren muchos rumores sobre si nuestro título fue limpio o no. Además de primas y generosos bonus económicos para nuestros jugadores, se habla de coacción hacia tanto nuestros propios futbolistas como los rivales y también de duras multas a nuestros jugadores en caso de derrota.

Todas estas dudas, que posteriormente se irían confirmando como ciertas en declaraciones de varios futbolistas que se enfrentaron a nuestro equipo, hicieron que la UEFA decidiera no dejarnos participar en competición europea mientras Raznatovic siguiera al frente de nuestro club. De hecho, su decisión tenía sus fundamentos teniendo en cuenta también el historial de nuestro presidente. Tal fue su enfado con la decisión que se dice que su primera reacción fue amenazar de muerte al entonces presidente de la UEFA Johnansson.

Sea como fuere, la situación se calmó y para que su club pudiese participar en Europa, Raznatovic dejó de ser el presidente de nuestro club en 1998... para cederle el poder a su mujer Svetlana Raznatovic, una famosa cantante serbia también conocida bajo el nombre artístico Ceca.

Sin embargo, aquí no se acabaron todos los problemas europeos del FK Obilic. Tras superar la primera ronda de la previa de la Champions League, nos tocó enfrentarnos al Bayern. Y al club bávaro no le gustaron demasiado las circunstancias que rodeaban la eliminatoria y particularmente a su rival. Se le prohibió a Raznatovic viajar a Alemania para ver el partido de ida, aunque él tampoco lo hubiese hecho porque lo podrían haber arrestado por todo los crímenes que había cometido. Además, el presidente del Bayern Beckenbauer y distintos directivos renunciaron a viajar para ver el partido de vuelta en Serbia, decisión que no tomó Jesús Gil cuando el Atlético se enfrentó a este equipo serbio en la primera ronda de la UEFA de ese mismo año.

Más allá de nuestra decepcionante y polémica participación europea, estuvimos cerca de volver a ganar la liga al año siguiente, pero nos quedamos a dos puntos de Partizan. A pesar de no contar con el entrenador que nos condujo hacia el título, Dragan Okuka, sí fuimos capaces de mantener a gran parte de nuestra plantilla. Tantos éxitos no pudieron ser casualidad teniendo en cuenta que poseíamos en nuestra plantilla a varios futbolistas que hicieron una carrera decente en otras ligas de mayor nivel, como Dragan Sarac en Austria, Predrag Filipovic en Holanda y Bélgica, Ivan Vukomanovic en Bélgica (donde coincidió con Filipovic) o Nenad Grozdic en Francia. Además hay que destacar la figura del goleador Zoran Rankovic -autor de 23 tantos el año de la liga-, que acabó recalando en el fútbol chino.

No obstante, poco a poco fuimos perdiendo poder en el fútbol serbio. Puede que fuera por el fallecimiento de Raznatovic, pero la cuestión es que no volvimos a competir por los títulos. Empezamos encadenando varios terceros puestos en liga lejos de los dos gigantes de Belgrado y a partir de la temporada 2002-03 fuimos cayendo poco a poco en la clasificación, retrocediendo varios puestos cada año hasta ser penúltimos en la 2005-06, el último año en el que compitieron serbios y montenegrinos en una misma liga.

Desde entonces, hemos ido a peor. Después del primer descenso, vino el segundo tras no ganar ningún partido en Segunda. Y después, un tercero consecutivo. Y así hasta llegar a la séptima categoría del fútbol serbio. Hemos ido encadenando un descenso tras otro en una dramática caída libre. Nuestra afición se ha desvanecido y nuestro estadio está vacío en cada partido contra otros equipos de barrios menores de Belgrado.

Qué lejos queda la liga que ganamos 14 años atrás. Y qué lejos queda la posibilidad de ascender de nuevo a Primera División, donde esperamos regresar algún día. Pero aún quedan muchos años para que esto pase. No obstante, los verdaderos aficionados del FK Obilic no dejaremos de soñar y defenderemos la limpieza de nuestro único título de liga, lo único que nos queda en días tan duros como éstos.

Las opiniones del aficionado no tienen que ser necesariamente las mismas que las de quien escribe el texto, se trata de intentar ajustar los hechos al punto de vista subjetivo del aficionado protagonista y narrador. Además, mención especial para el tuitero Juanpe, que me proporcionó distintas informaciones y enlaces de interés que me han sido muy útiles para reconstruir la historia de este club.

sábado, 4 de agosto de 2012

También fuimos campeones (XVII)

Somos uno de los tres equipos de la capital de nuestro país. De los tres, somos el club más antiguo; pero, históricamente, somos el menos exitoso de la capital. No obstante, tuvimos nuestro momento, disfrutamos de unos años dorados que nos convirtieron no sólo en el mejor club de la ciudad, sino de todo el país. Nuestras hazañas europeas fueron celebradas aquí y admiradas en todo el continente. Pero vayamos poco a poco, que hay que explicar qué ha sido del FC Petržalka. O quizás sea mejor hablar del Artmedia Bratislava, nuestro nombre oficial en nuestra época dorada.

A pesar de ser el decano de la capital, nuestra fama no llegó hasta esta última década. De hecho, la rivalidad futbolística en Bratislava históricamente ha recaído en los duelos entre Slovan e Inter -aunque los segundos desaparecieron como tal hace unos años para pasar a formar parte del FK Senica y ahora hemos pasado a ser el segundo equipo de la capital-. Además, representamos al barrio más poblado de Bratislava, Petržalka, cuya población sólo superan dos ciudades de todo el país, siendo Bratislava una de estas dos ciudades.

Realmente nunca habíamos competido por ningún trofeo. Todos nuestros títulos y éxitos llegaron en esta última década, así que empezaré el relato de nuestros años más dulces en los años 90, con la disolución de Checoslovaquia y la aparición de Eslovaquia como país independiente de la República Checa. En 1993 se creó la nueva liga eslovaca, pero nosotros no participamos en ella por primera vez hasta el año 1996.

A partir de entonces vino nuestra magnífica progresión. Mejoramos año tras año e incluso sobrevivimos a la reestructuración de la liga sufrida con el cambio de siglo, cuando la liga nacional pasaron de jugarla dieciseis equipos a hacerlo con tan solo diez.

Poco a poco íbamos mejorando nuestra clasificación hasta llegar al subcampeonato de la temporada 2002-03, cuando nos quedamos a apenas 3 puntos del líder. Nos íbamos acercando al título, y por eso nos sorprendió el octavo puesto conseguido la temporada posterior. No obstante, no nos precipitamos ni echamos a nuestro entrenador, Vladimír Weiss, que se hizo con el puesto de entrenador en 1999, pese a la mala temporada. También es cierto que la adornamos con el título de Copa, el primero de nuestra historia.

En cualquier caso, creo que hicimos bien manteniendo a Weiss porque a la siguiente temporada, también con él en el banquillo, ganamos la liga. Además de estar muy cerca de repetir el título de copero (perdimos la final ante el Dukla Banská Bystrica), mejoramos notablemente nuestra actuación liguera pese a nuestro mal inicio. Encajar una goleada en el campo del Zilina (5-1) en la segunda jornada no es la mejor manera de empezar una temporada. Sin embargo, poco a poco fuimos reconduciendo la situación y nos convertimos en un equipo mucho más fiable, empatábamos a menudo pero perdíamos poco. De hecho, sólo perdimos 4 partidos durante la temporada (36 en total) y la cuarta derrota llegó en el mes de octubre, por lo que acabamos encadenando 24 partidos sin perder. Perdiendo tan pocos puntos, el Zilina no pudo alcanzarnos.

Tras el título de liga tocaba prepararse para la aventura europea en la Champions League, la primera participación  en la historia de nuestro club. Lo tuvimos que hacer sin Filip Sebo, el máximo goleador en la temporada del título con 22 goles y empezando en la primera ronda por nuestro modesto coeficiente. El primer rival, un equipo de Kazajistán, el Kairat Almaty.

Se habló mucho de nuestras victorias posteriores, pero muy poco de lo que nos costó derrotar al equipo kazajo. Perdimos en la ida por 2-0 y nos tocaba remontar en casa. Hicimos los deberes poniendo el 2-0 en el marcador en el minuto 52, pero no pudimos marcar el tercer gol. Así que llegaba la prórroga, donde ellos golpearon en el primer minuto. El 3-1 no nos valía y teníamos que marcar dos goles para superar la priemra ronda previa. Marcamos el tercero de penalti poco después del gol kazajo, pero el cuarto no llegaba. Hasta que, en una larga jugada llena de rebotes y confusión en el tiempo de descuento, Pavol Stano marcó de cabeza el gol que nos clasificaba para la siguiente ronda. Esperaba el Celtic, pero poco nos importaba. Pocas veces habíamos celebrado un gol de aquella manera.

En la eliminatoria contra el Celtic teníamos que jugar el partido de ida en casa. Contexto totalmente distinto, teníamos que intentar sacar un buen resultado para poder tener opciones de cara al partido de vuelta. Marcamos el primer gol poco antes del descanso, pero nadie se podía imaginar lo que vendría en la segunda mitad, toda una exhibición de nuestro potencial. ¡Les acabamos metiendo cinco goles! ¡Cinco! ¡Al Celtic! Juraj Halenár, a sus 22 añitos, se convirtió en el héroe de la noche con tres goles y una asistencia. Nadie se lo podía creer. Pero aún quedaba el partido de vuelta. Y casi nos remontan, 2-0 al descanso y 4-0 al final del partido en Celtic Park, nos hicieron sufrir. Pero resistimos y sólo nos quedaba una última eliminatoria, en este caso contra Partizán de Belgrado.

Otra vez tocaba jugar el partido de ida en casa. Misma idea que en la eliminatoria anterior, pero ahora ya no éramos un equipo tan desconocido para todos los equipos europeos. Empatamos a cero en el partido de ida y también en el de vuelta, donde la prórroga no decidió nada. Así que tocaba jugarse un puesto en la fase de grupos en una tanda de penaltis en ambiente hostil. Esa sensación de tensión delante del televisor de tu casa es horrible. Lo peor fue que fallamos dos penaltis de los cinco primeros, el primero lo compensó un lanzamiento al poste del Partizán justo después, pero el segundo... ¡lo falló el quinto lanzador cuando tenía el pase asegurado! Mérito de nuestro portero, que paró ese penalti y el posterior, dándonos la victoria. Nos convertíamos en el segundo equipo eslovaco, después del Kosice, que llegaba a la fase de grupos.

Con el peor coeficiente UEFA de todos los equipos participantes caímos en el último grupo de todos junto a Inter, Porto y Rangers. Se las prometían muy felices, que si éramos el peor equipo de la Champions, que si todo serían goleadas... y llegó el debut en casa contra el Inter y sólo perdimos por 0-1. Pero lo mejor vino en la siguiente jornada en un partido para la historia. Tocaba visitar al Porto, campeón de Europa dos años antes.

Y ellos empezaron ganando el partido. Dos goles en la primera mitad parecían suficiente para derrotar a este flojo y desconocido equipo eslovaco. Pero nosotros habíamos eliminado al Celtic, aguantado en Celtic Park y sobrevivido a una tanda de penaltis en Belgrado y nos nos íbamos a rendir fácilmente. Eso demostraron los jugadores, que redujeron las distancias en el marcador poco antes del descanso. Luego, en unos 45 minutos mágicos, culminamos la remontada con dos goles para la historia.

Posteriormente conseguiríamos empatar nuestros dos partidos ante el Rangers y el otro ante el Porto. Pero tantos empates no fueron suficientes (más la previsible derrota en Milán) para clasificarnos para los octavos de final. Nos quedamos a un punto del equipo escocés y pasamos a disputar la UEFA, donde no causamos el mismo impacto que en la Champions League. No obstante, ya estaréis contentos con nuestra participación en la Champions: siempre que un equipo de nuestro país ha llegado a la fase de grupos (1998, 2006 y 2009), un equipo de vuestro país ha ganado la competición.

En la liga apenas acusamos nuestra buena actuación en Europa, ni tampoco la marcha de Weiss en febrero. En el mercado invernal se marcharon también Jan Durica, Peter Petras y Branislav Obzera, todos ellos al Saturn moscovita junto a Vladimír Weiss, y el grupo apenas se resintió tras su ausencia. En cualquier caso, los resultados de esa temporada fueron buenos, pero no suficientes para alcanzar el título. Poco a poco, los héroes europeos iban recalando en clubes de mayor nivel.

También repetimos subcampeonato en 2007, pero quedando algo más lejos del título. Sin embargo, de cara a la temporada 2007-08, volvió el entrenador del milagro europeo tras su aventura rusa; volvió Vladimír Weiss. Y con él regresaron los éxitos al barrio de Petržalka, en esta ocasión por partida doble al lograr el doblete: ganamos la liga con autoridad y alzamos la Copa por segunda vez en nuestra historia. 

Además, con ese título abandonamos la condición de tercer equipo de Bratislava igualando la cantidad de ligas ganadas por el Inter Bratislava, aunque seguíamos teniendo menos Copas. Así nos reivindicamos como el club eslovaco del momento y Vladimír Weiss se ganó el puesto de seleccionador nacional, en el que hizo un buen trabajo clasificando a Eslovaquia para el Mundial de Sudáfrica, eliminando a Italia en la fase de grupos y alcanzando los octavos de final.

No obstante, sin Weiss comandando al Artmedia tras su segunda etapa dejamos de ser un equipo ganador y competitivo. Parecía ir acorde con el cambio de nombre que sufrimos en 2009, cuando nos pasamos a llamar MFK Petržalka, ya que entonces pasamos a ser un club totalmente distinto a nivel deportivo. Descendimos en 2010 a Segunda y dos años más tarde a Tercera, donde queremos empezar de cero esta temporada.

Ahora estamos totalmente hundidos y necesitamos salir cuanto antes de Tercera. Tenemos el proyecto de un nuevo estadio en construcción y queremos empezar de nuevo aprovechando que no tenemos prácticamente nada sobre lo que sostenernos. Ahora nuestra intención es crear una base sólida para crecer y volver a ser lo que fuimos. O intentarlo.

Para conseguirlo, primero el club quiere que los aficionados nos impliquemos colaborando económicamente y ayudándolo de manera activa, comprometiéndose a cambio a ser transparente en sus gestiones. Además, se pretende potenciar el fútbol base como pilar para construir un equipo competitivo a medio y largo plazo de manera que el primer equipo pueda tener en la cantera una buena fuente de recursos.

Las intenciones del club son buenas y ahora falta que se puedan ejecutar como se pretende. De ser así, creo que podremos armar un proyecto decente y competitivo a medio plazo para irnos acercando a la Primera división eslovaca y volver a competir en el primer nivel. En ese sentido, creo que podemos ser optimistas. No obstante, tampoco vamos a olvidar nuestro pasado, porque no está de más recordar nuestras hazañas europeas de vez en cuando. Yo, lo reconozco, tengo la cinta del partido de Do Dragao en casa y lo veo -como mínimo- una vez por temporada.

viernes, 3 de agosto de 2012

También fuimos campeones (XVI)

El club de fútbol de mi ciudad ya no existe. Fue un club muy joven, casi tanto como la ciudad donde nacimos y jugamos al fútbol durante 57 años. Porque la ciudad de Dunaújváros fue una ciudad construida en los años 50 por el gobierno comunista con el objetivo de crear, empezando desde cero, una ciudad totalmente industrial que se dedicase a la extracción de hierro y acero. Así apareció nuestra ciudad en medio del Danubio, una ciudad entonces llamada Sztlálinváros, que vendría a ser el equivalente a Stalingrado en el idioma húngaro.

Si la construcción de Dunaújváros (me tomaré la licencia de utilizar el nombre actual de la ciudad) empezó el dos de mayo de 1950, en 1952 ya existía su equipo de fútbol. El nombre, evidentemente, también iba acorde con el que tenía la ciudad en ese momento, por lo que oficialmente nos llamábamos entonces Sztlálinvárosi Vasmu Épitok.

De hecho, la nomenclatura del club fue problemática durante varios años. Lo fue porque iba estrechamente ligada al nombre de la ciudad, cuyo nombre cambió durante la revolución húngara de 1956, pasándose a llamar nuestro club Dunatenpelei. En cambio, tras la intervención del ejército soviético para frenar la revolución, volvimos al nombre original, que apenas duró cuatro años, hasta que Sztálinváros adoptó su nombre actual, el de Dunaújváros, por lo que el equipo de fútbol también varió. 

Pero no ganamos la liga siendo el Dunaújváros Sport Egyesület, sino bajo la nomenclatura de Dunaferr Sport Egyesület. Dunaferr es la empresa más grande que se dedica a la industria siderúrgica en esta zona de Hungría, así que la relación es evidente. También era obvio que eso nos garantizaba el apoyo económico por parte de esta empresa.

El título de liga lo ganamos en el año 2000 en una temporada magnífica, poco importaba nuestro nombre oficial entonces. Hasta ese momento no éramos nadie en Hungría. Con nadie me refiero a que prácticamente no éramos ni un equipo de Primera División, porque ascendimos a la máxima categoría húngara en 1998 tras pasar diez años sin jugar en ella. Si bien es cierto que habíamos jugado de vez en cuando en la Nemzeti Bajnokság I, nunca lo llegamos a hacer con demasiada regularidad. Y nuestra mejor posición hasta 1998 era un discreto séptimo lugar logrado en 1978.

En ese sentido fue clave la ayuda de la empresa Dunaferr, mencionada anteriormente, que nos ayudó en los momentos más duros. Sorprendimos a todos en la temporada 98-99, la primera tras el ascenso, alcanzando el quinto puesto. Se podía esperar que eso fuera la excepción, que habíamos empezado bien pero que nos costaría mantenernos a un nivel tan alto. Pero no fue así y la temporada siguiente nos proclamamos campeones.

Y ganamos la liga con una autoridad enorme. De 32 partidos, ganamos 24 y únicamente perdimos uno, el primero de todos ellos. A partir de entonces, 31 partidos consecutivos sin perder -que acabaron siendo 33 contando los primeros partidos de liga de la siguiente temporada- y una distancia de 16 puntos respecto al segundo clasificado, el MTK Budapest, que no pudo soñar con alcanzarnos en ningún momento de la temporada.

Entre los héroes del título, jugadores como el portero Rabóczki, que se acabó ganando primero un traspaso a Salzburgo y posteriormente otro a Copenhague. Otros, como Lászlo Éger o Attila Törköli, acabaron jugando en el extranjero a posteriori, aunque no en equipos de primerísimo nivel. Finalmente, también formó parte del mejor equipo de nuestra historia Gábor Zavadszky, campeón de liga con los dos gigantes húngaros, Ferencváros (1995 y 1996) y MTK Budapest (2003), a lo largo de su carrera.

Nos quedamos a dos puntos del campeón en 2001, fuimos cuartos en 2002 y descendimos en 2003. Así de rápida y grave fue nuestra caída, especialmente dura tras tres años tan buenos. Además, con el descenso Dunaferr se desvinculó del club -por lo tanto, además de perder poderío económico nos vimos obligados a recuperar el nombre anterior de Dunaújváros- y todo fue a peor. Caíamos y caíamos al vacío y nada parecía que nos iba a parar.

Dos empresarios húngaros intentaron reflotar la situación. Andics y Héger únicamente consiguieron evitar que el club cayera más bajo tras el descenso y nos mantuvieron en Segunda en una situación relativamente estable. Pero eso fue únicamente una solución temporal, ya que tampoco pudieron aguantar durante demasiado tiempo el estado crítico del club. Los éxitos del año 2000 y 2001 quedaban ya muy lejos cuando la dirección de la entidad decidió retirarse de la competición en marzo de 2009, procediendo a la desaparición del Dunaújváros.

Así acabó nuestra historia. De una manera totalmente repentina, desaparecimos de la élite, mientras que nuestra extinción ya se veía venir como consecuencia de quedarnos huérfanos de nuestro principal apoyo económico, Dunaferr. Nuestro éxito fue efímero, un instante fugaz dentro de la larga historia del fútbol húngaro. Pero quedará allí marcado nuestro nombre y con el paso de los años espero que los niños se pregunten quién fue ese equipo que ganó la liga y desapareció por completo de la élite poco después. El recuerdo es lo único que nos queda.

jueves, 2 de agosto de 2012

También fuimos campeones (XV)

Nuestra historia siempre ha sido la de un club totalmente normal. Básicamente, porque la mayoría de equipos de fútbol jamás llegan a ganar títulos en la élite. Muchos, de hecho, nunca llegan a ella. Nosotros sí que lo hicimos en distintas ocasiones ya que jugamos en la máxima categoría húngara durante mucho tiempo, pero nunca alzamos título alguno. Ni competíamos por ganarlos, no nos acercábamos a ellos. Hasta que llegó el año 2002.

Ese año el Zalaegerszegi TE ganó la liga. Y lo hicimos de manera totalmente sorpresiva tras quedarnos cerca del descenso la temporada anterior. Ése era nuestro lugar habitual, la parte medio-baja de la clasificación. Pero de repente cuajamos una temporada magnífica, ya desde el principio con cuatro victorias consecutivas. Eran muchos triunfos para un equipo de nuestro nivel, cuya confianza se reforzó desde el inicio. Ésta tampoco decreció cuando encadenamos una racha de cuatro derrotas consecutivas a finales de agosto e inicios de septiembre.

Reaccionamos con otras cuatro victorias consecutivas y luego empezamos a sumar y sumar, tropezando de vez en cuando, pero sin dejar de sumar. Perdíamos pocos partidos y encadenamos varias rachas de siete u ocho partidos sin perder. Así llegamos a estar a tres puntos del líder, el MTK Budapest, a falta de cinco jornadas para el final de liga. Estábamos cerca, con opciones, y nos veíamos capaces de hacer cualquier cosa.

Ganamos los tres primeros partidos, incluyendo el duelo directo ante el MTK en Budapest. Y llegaba el partido decisivo en la penúltima jornada, ante un Ferencváros que llegaba en un gran momento de forma, pero no mejor que el nuestro. Si ganábamos o empatábamos, seríamos campeones. Pero si perdíamos se nos escaparía la única oportunidad de nuestra historia para alzar el título de liga.

Ambos éramos conscientes de que sólo valía ganar, especialmente Ferencváros. Pero fuimos nosotros quienes creamos más ocasiones de gol en la primera mitad, poniendo en apuros al portero rival. Llegábamos más, pero no definíamos bien. Y golpeó primero Ferencváros en la segunda mitad, en una jugada a balón parado en la que el balón quedó muerto en el área para que Gábor Gyepes lo empujara, desde el suelo, dentro de nuestra portería.

Pero teníamos que seguir creyendo. Sólo podíamos atacar para empatar el partido o se nos escaparía una liga irrepetible. Se congeló el tiempo cuando, una vez superado nuestro portero, uno de nuestros defensas sacó el 0-2 bajo palos; aún seguíamos vivos. Poco después, en una genial jugada colectiva, Radu Sabo empató el partido. Volvíamos a ser virtualmente campeones.

Tras el gol del empate, dominamos el partido de nuevo y tuvimos un penalti para sentenciar la liga. Pero el portero del Ferencváros lo paró, renovando así las aspiraciones de su equipo. Pero ya no quedaba mucho tiempo y el partido acabó con ese mismo marcador, 1-1. Era un día alegre para la ciudad de Zalaegerszeg, porque su equipo de fútbol se había proclamado por primera vez campeón de Hungría.

Os he hablado de cómo fue la lucha por el título, pero apenas de los jugadores que formaban nuestra plantilla. Además del héroe Radu Sabo, teníamos a varios futbolistas internacionales. Uno de ellos era Balázs Molnár, que había jugado anteriormente en España (Espanyol y Elche) y volvió precisamente a casa la temporada en la que ganamos la liga. Otros de los fichajes más destcados ese verano previo al título fueron nuestros dos delanteros: Krisztián Kenesei y Gábor Egressy. Entre ambos anotaron 37 goles, empujándonos hacia la liga.

También llegaron ese verano Flórián Urbán y Darko Ljubojevic, futbolistas algo más veteranos y con experiencia en ligas de mayor nivel, Bélgica y España respectivamente. Ellos aportaron serenidad en los momentos difíciles y, especialmente Urbán, fueron jugadores importantes dentro del vestuario pese a ser nuevos en el club. Otro de los líderes del equipo era Gergely Kocsárdi, que ha jugado más de 450 partidos con nuestra camiseta. Y este número seguirá creciendo, porque Kocsárdi aún sigue con nosotros.

Después del título vino el premio de la Champions. Superamos al campeón croata, el NK Zagreb, que también venía de conseguir su primera liga. Y luego llegó el Manchester United de Sir Alex Ferguson, al que derrotamos en Hungría por 1-0 con un gol en el descuento. Les sorprendimos y les obligamos a remontar en Old Trafford, donde nos ganaron por 5-0. Pero siempre podremos decir que ganamos al Manchester United de Ferguson y Beckham.

A partir de ese momento, volvimos a la normalidad, a la mediocridad de la media tabla. Ya no competíamos por títulos y no mejoramos nuestro rendimiento de manera sensible hasta el año 2007, en el que fuimos terceros, aunque muy lejos del campeón. Tras esa temporada parecía que nos íbamos a convertir en un equipo que podía jugar en Europa de manera más o menos regular, pese a no competir por títulos.

Sólo estuvimos cerca del segundo título de nuestra historia en el año 2010, cuando jugamos la final de Copa. Perdimos por 3-2 ante el Debreceni y ni Rudnevs -que marcó 20 goles esa temporada y que unos meses después se haría famoso al marcarle tres goles a la Juventus en Turín- pudo evitar la derrota.

Dos años más tarde, doce meses más tarde que el MTK Budapest, descendíamos. Era algo inesperado para nosotros, pese a  estar habituados históricamente a luchar por la permanencia, pero había que tener en cuenta que veníamos de ser cuartos en la temporada anterior. Aunque es evidente que ganando un partido y perdiendo diecinueve un equipo no puede aspirar a salvarse. Justo diez años después del título, vino el descenso.

Ahora tocará seguir los pasos del MTK Budapest para intentar salir del pozo lo más pronto posible. Hemos sufrido varios cambios en nuestra plantilla y se han marchado algunos futbolistas importantes, por lo que no será fácil levantarse después de una temporada tan floja. Pero lo lograremos. Más difícil era ganar la liga de 2002.